Los restos esqueléticos hallados en un cangrejal de la zona de Vilarino pertenecen a Facundo Astudillo Castro, el joven de 22 años desaparecido desde el pasado 30 de abril, cuando emprendió un viaje a dedo desde la localidad bonaerense de Pedro Luro hacia la casa de su ex pareja en Bahía Blanca.
La confirmación surgió de fuentes de la investigación a la prensa tras establecerse la identidad, mientras que restan aún conocerse la fecha del deceso y la causa de la muerte.
Según la Policía, el joven fue interceptado e infraccionado por agentes de las comisaría de la localidad de Mayor Buratovich por incumplir la cuarentena.
Una productora ganadera de la zona dijo haberlo llevado desde ese punto en dirección a Bahía Blanca y dejarlo cerca de unas vías.
El pasado 15 de agosto fue encontrado un cuerpo esquelético en una agreste zona de la ría de Villarino, cerca del lugar en el que dijo la testigo haber dejado a Facundo, cuya altura y edad coinciden con la descripción que dio ante la justicia la mujer.
Los restos óseos hallados fueron llevados a Buenos Aires para ser sometido a una autopsia en el laboratorio del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en la ex ESMA.
Tras trascender esta tarde la información sobre la identificación de los restos, el EAAF aclaró que desde allí "no informamos resultados de ADN hasta no comunicar al juzgado y la familia y solo lo hacemos con su autorización" y señaló que "en este caso no hubo tal comunicación".
Los restos se encontraban semi enterrados, en avanzado estado de descomposición, y en principio databan de al menos 90 días.
El cadáver fue hallado por pescadores en un curso de agua en una zona conocida como Bahía de Ballenas, entre la localidad de General Daniel Cerri y Villarino Viejo.
En esa zona ya había realizado un rastrillaje en búsqueda del joven, que estuvo 107 días desaparecido, personal de la Policía Federal.
Poco después del hallazgo de los restos, a escasos metros fue localizada una zapatilla igual a la que llevaba el joven el día de su desaparición.
La mamá del joven, Cristina Castro, en todo momento sostuvo su convicción "de madre" sobre que se trataba de su hijo, por cuya muerte responsabiliza a la policía bonarense.