Un corondino quedó en prisión preventiva luego de que le atribuyeran haber sometido sexualmente, durante casi una década, a su hijastra. Así lo dispuso el juez Nicolás Falkenberg, tras escuchar al imputado y a la víctima.
La víctima, hoy de 24 años, lo denunció hace poco más de una semana porque él la "perseguía y hostigaba". El hombre se desligó de la acusación en su contra: "no tengo nada que ver".
Un corondino quedó en prisión preventiva luego de que le atribuyeran haber sometido sexualmente, durante casi una década, a su hijastra. Así lo dispuso el juez Nicolás Falkenberg, tras escuchar al imputado y a la víctima.
El fiscal Marcelo Nessier está a cargo de la investigación, que inició el sábado 22 de abril, cuando la joven de 24 años radicó la denuncia contra su padrastro. Tras solicitar varios informes y realizar entrevistas al núcleo familiar y allegados, el funcionario solicitó -el jueves 28- que Oscar Alberto S. quedara en prisión preventiva.
Si bien la defensa -a cargo de Martín Pérez y Matías Villanueva González- rechazó tal pretensión y propuso una serie de medidas alternativas, el juez Falkenberg las consideró insuficientes para menguar los riesgos procesales.
Oscar S. permanecerá tras las rejas, imputado como autor de "abuso sexual con acceso carnal reiterado y abuso sexual gravemente ultrajante, ambos hechos agravados por el carácter de guardador y por la situación de convivencia preexistente" y "promoción de la corrupción de menores", todo ello en el marco de la ley de violencia de género.
La atribución
Según detalla la imputación, los hechos sucedieron entre 2007 y 2016 en la casa en la que la familia convivía, ubicada al norte de la ciudad de Coronda.
El padrastro aprovechaba los momentos en que la madre de la niña no se encontraba en el hogar -o estaba durmiendo- para perpetrar los abusos. Ingresaba a la habitación en la que la menor dormía y la sometía sexualmente, algo que fue escalando con el transcurso del tiempo.
Además, en reiteradas oportunidades el hombre obligó a la víctima a ver videos con contenido pornográfico, iniciándola de esta forma en "prácticas sexuales perversas y prematuras".
Según especificó la fiscalía, estas conductas "se realizaron en un marco de violencia de género, en el que el imputado impuso su superioridad física sobre la víctima, menoscabando el normal desarrollo sexual de la misma y constituyendo reiteraciones de comportamientos perversos, humillantes y degradantes a los que venía sometiendo" a la menor.