Por Carlos Retamal
La marcha, convocada por Vecinales Unidas por la Inseguridad, contó con la participación de alrededor de ocho mil personas.
Por Carlos Retamal
La cita era el jueves a las 19:30, en la esquina de Juan B. Justo y avenida Alberdi, en la zona norte de Rosario, a pocos metros de donde casi 48 horas antes, dos balazos terminaron con la vida de un arquitecto de 34 años, que fue sorprendido por ladrones que le robaron el auto. Vecinos de la zona y de distintos barrios de la ciudad, se congregaron para reclamar justicia, más seguridad y que las fuerzas policiales se pongan a patrullar en los barrios y no a seguir haciendo operativos en corredores seguros o avenidas, que parecen ser más puestas en escena para fotografiar que acciones para combatir el delito.
Minutos antes de la hora establecida, miles de personas ya cortaban el inicio de avenida Alberdi y el de bulevar Rondeau, al cual desemboca la calle Juan B. Justo. Primero con aplausos y luego al grito de «Que se vayan todos, que no quede ni uno solo», todos mostraron su bronca no solamente por lo sucedido a menos de 200 metros hace 48 horas sino por la ola interminable de inseguridad que azota a Rosario desde hace meses y que ve reflejada en 164 crímenes en lo que va del año (186 en todo el departamento Rosario), robos, asaltos, arrebatos y heridos de arma de fuego.
El himno nacional, entonado entre aplausos y llanto, fue un momento de gran emotividad, en el cual familiares de distintas víctimas de inseguridad llegadas desde distintos puntos de la ciudad mostraron carteles recordando a sus seres queridos.
La esposa de Joaquín estuvo presente en el acto pero prefirió mantenerse callada, rodeada de familiares y amigos, entre ellos su cuñado (hermano de Joaquín), quien pidió el esclarecimiento del hecho lo antes posible, y que los gobernantes cumplan con su deber y brinden garantías para que no haya más muertos por inseguridad.
"Estamos hartos. La inseguridad nos está encerrando. No puede ser que nadie haga nada. Los políticos hablan mucho pero no hacen nada", dijo Inés, vecina de barrio Sarmiento, ubicado a pocas cuadras del lugar donde mataron a Joaquín.
"Venimos a pedir justicia. Hoy es por Joaquín, mañana puede ser por algún hijo, hija o cualquiera. ¿Hasta cuándo van a seguir haciendo lo que quieren?", sostuvo Alberto, vecino de Empalme Graneros.
"Basta de inseguridad en los barrios. Que la policía deje de patrullar el centro y venga a las zonas periféricas. Estamos abandonados", señaló otro vecino de la zona.
Rosario marcha por el crimen del arquitecto Joaquín Pérez
"No podemos seguir tolerando esto. Lo que le pasó a este vecino le podía haber pasado a cualquiera. Estamos abandonados. Es hora de decir basta", dijo un hombre de casi 60 años, que caminó casi 25 cuadras para decir presente.
En total, alrededor de 8 mil personas, llegadas de distintos barrios, estuvieron en la manifestación reclamando Justicia por Joaquín “y por todas las víctimas de esta ciudad que parece que está abandonada por políticos que se preocupan por las campañas, los carteles y las redes sociales”, sostuvo Marcela, una joven de menos de 30 años que llegó caminando junto a sus dos hijas de 4 y 2 años.
Robo al voleo
Horas antes, fuentes judiciales confirmaban a este diario que la principal hipótesis que se maneja con respecto al asalto es que los autores fueron dos personas jóvenes, mayores de edad por su contextura física, que llevaron a cabo el hecho “al voleo”. Al menos eso se desprende de las primeras horas de trabajo de los investigadores.
Por el momento no hay certezas sobre si días u horas antes del atraco estuvieron merodeando la zona, pero está casi confirmado que no fueron con la intención de asaltar a Joaquín Pérez, aunque si estaban a la ‘pesca de algo ‘, ya que el dúo salió a dar vueltas en moto y al menos uno de ellos estaba armado, pasadas las 10 de la noche.
Según las pesquisas, por el lugar y la forma en la que dejaron abandonado el auto –mal estacionado y con las llaves en su interior– y el arma calibre 40 –caída entre el asiento delantero y la puerta–, “se dieron cuenta que se habían mandado una macana y lo abandonaron”, lo que también indicaría (al menos en primera instancia) que los homicidas no eran personas habituadas a este tipo de ilícitos.
Otros datos que apuntalan esta hipótesis es el uso de un arma con la numeración visible, ya que en la mayoría de los casos, se utilizan fierros con la numeración limada; y que la moto utilizada sería de una cilindrada mayor a la usual, algo que llama más la atención en caso de registrarse un ilícito.
Por el momento no se llevaron a cabo detenciones, pero hay varias líneas investigativas en avance, refirió un vocero de la pesquisa.