Tras los allanamientos realizados el viernes en diversos domicilios de los barrios Las Lomas y Scarafía, las dos mujeres detenidas fueron imputadas. Una de ellas es la abuela de Isaías Cepeda Bello, alias el "Terri", quien era novio de Lorena Orduña y la abandonó en la calle herida de muerte el 26 de diciembre del año pasado.
El procedimiento, realizado en el marco de la causa que investiga el crimen de Orduña y las distintas bandas criminales que estarían relacionadas, fue comandado por las fiscales Laura Urquiza y Alejandra Del Río Ayala. Personal de la PDI allanó un total de 35 inmuebles, detuvo a 2 mujeres y secuestró 6 motocicletas sin certificación de compra, un automóvil, una Toyota Hilux, una pistola 9mm con 3 cargadores, 6 teléfonos celulares, un DVR, 5 TV smart de 50" y más de $5.000.000
Ante el juez Sergio Carraro, Lidia Antonia M. fue imputada por pertenecer a la "asociación ilícita" que dirige su nieto, además de por "encubrimiento agravado" y "comercio de estupefacientes". A Karen Gimena A. le endilgaron el delito de "tenencia de arma de fuego de guerra". Contaron con la asistencia de los defensores Pedro Busico y Natalia Giordano, respectivamente.
La fiscalía adelantó que solicitará la prisión preventiva para la abuela del "Terri".
Banda criminal
Según la atribución delictiva realizada por la fiscalía, entre septiembre del 2023 y enero del 2024 Lidia M. "conformó una asociación ilícita que operó de manera constante, que se mantuvo estable y organizada". La misma tuvo como "jefe" a su nieto, el "Terri" Cepeda Bello, y fue conformada por, al menos, otras seis personas más.
Lorena murió a causa de un disparo en el pecho el 26 de diciembre pasado. Crédito: Archivo El Litoral.
El "Terri" (ya imputado y en prisión preventiva) es señalado como líder de la banda criminal debido a la "prevalencia del mismo por sobre el resto de integrantes del grupo en la decisión de las acciones delictivas y cómo ejecutarlas". Estas acciones estaban "dirigidas a controlar territorialmente una parte de los barrios de la zona noroeste de la ciudad de Santa Fe, puntualmente Las Lomas, Scarafía y Santo Domingo":
Lo hacían a través de "balaceras para intimidar a rivales y asesinatos; como así también para generar medios económicos para sostener la estructura, a través del robo de motos que luego eran vendidas, utilizadas en hechos delictivos, o devueltas a través de los denominados 'rescates'".
La banda también generó poder económico a través de la adquisición y venta ilegal de armas y municiones, y de drogas ilegales. Respecto a Lidia M, su rol consistía en realizar distintos tipos de gestiones para proveerse de drogas ilegales, entre ellas cocaína, para el menudeo. Además, proporcionaba lugares donde esconder los bienes que robaban o adquirían los miembros del grupo.
En concreto, en el marco de su participación como miembro de la banda, a la abuela del "Terri" le endilgaron que entre el 26 de diciembre de 2023 (cuando Lorena Orduña fue asesinada y tanto su nieto como otros integrantes del grupo fueron a tomar represalias baleando una vivienda) y el 19 de enero del 2024, brindó la ayuda necesaria a tres de ellos-
Los hombres son investigados por diversos delitos cometidos con armas de fuego, tales como robo, homicidios tentados y balaceras. Los auxilió para que puedan evadir el accionar de la justicia y esconderse ante la búsqueda policial, sabiendo que cuentan con pedido de captura vigente.
Entre los diversos secuestros, destacaron 6 motocicletas directas de fábrica y sin patentar y más de $5.000.000. Crédito: El Litoral.
No sólo les proveyó un lugar donde ocultarse y permanecer, sino que también los fue moviendo de domicilios cuando peligraba la ubicación, lo que conocía a partir de una red de información articulada por personas distribuidas territorialmente por la banda, de forma estratégica, para informar cualquier movimiento poco habitual y eludir cualquier acción que ponga en riesgo el funcionamiento del grupo o a sus integrantes.
Respecto al narcomenudeo, las fiscales también atribuyeron a Lidia M. que desde al menos septiembre del año pasado y hasta el 19 de enero de este año, cuando fue detenida, "comercializó cocaína en forma fraccionada a cambio de dinero en barrio Scarafía, más precisamente en un punto fijo en inmediaciones de Alberti al 5700, lo que realizó con habitualidad".
La mujer se encargaba de comunicarse con proveedores, comprando de a un kilogramo y enviándolo a cortar con una persona de su entorno. El material estupefaciente le era devuelto ya fraccionado para la venta al menudeo. Así fue descripto en la atribución delictiva.