Un joven de 23 años fue asesinado en las calles de barrio Nueva Pompeya, en la zona norte de la ciudad de Santa Fe.
El joven fallecido tenía 23 años y fue baleado en la zona abdominal con un arma de grueso calibre.
Un joven de 23 años fue asesinado en las calles de barrio Nueva Pompeya, en la zona norte de la ciudad de Santa Fe.
El ataque tuvo lugar en la cuadra de calle French que se forma entre San José y las vías del ferrocarril, en horas de la siesta del jueves.
"Había mucha gente en la calle a esa hora. Muchos chicos. Algunos estaban tomando mates y otros jugaban", describió una vecina que todavía no salía del asombro la mañana de este viernes.
La escena se alteró de repente cuando aparecieron dos motos a gran velocidad, hacia el oeste. La primera que llegó era una gris de 110 centímetros cúbicos. A bordo estaban dos jóvenes. El acompañante llevaba consigo un bulto de gran tamaño.
Los perseguía el otro rodado, de motor más grande. En él viajaba dos hombres, uno de los cuales comenzó a abrir fuego con un arma de grueso calibre.
"Fueron cañonazos. Se escucharon tres o cuatro. Yo dormía la siesta y salté de la cama, pero cuando salí ya todo había pasado. Yo fui militar y en las prácticas de tiro, nuestras armas no hacían semejante estruendo", relató un jubilado que vive en las inmediaciones.
Algunos proyectiles impactaron en la moto de menor cilindrada y uno de ellos lo hizo en la panza del muchacho que estaba sentado en el lugar del acompañante. El vehículo terminó adentro de una zanja y el herido, agonizante, en una de las veredas.
Los agresores escaparon entonces del lugar. Algunos testigos aseguran que el compañero del herido no quería que llamen a la policía.
Ante la gravedad de la situación, una vecina de la otra cuadra cargó al muchacho baleado en su automóvil particular y lo trasladó de urgencia al Nuevo Hospital Iturraspe, donde se le diagnosticó herida de arma de fuego en la zona abdominal, con orificios de entrada y salida.
La víctima fue llevada de inmediato al quirófano, donde fue intervenida quirúrgicamente. Por horas los médicos trataron de salvarle la vida, pero finalmente se produjo el deceso minutos antes de la medianoche.
Se llamaba Nicolás Sebastián Santa Cruz, tenía 23 años y se domiciliaba unas cuadras al norte de donde ocurrió el ataque.
Lo que llevaba en sus brazos durante la agresión era un televisor, envuelto con un trapo.
La esposa de Santa Cruz le explicó en el centro de salud a la policía que su marido se dedica a arreglar aparatos de tv y que le habían dado uno la semana pasada, pero por diferentes motivos no lo pudo reparar. Ella estima que pudo ser el dueño de ese artículo -de quien no tiene identidad- el autor del asesinato.
El caso quedó en manos del fiscal de Homicidios en turno, el doctor Estanislao Giavedoni, quien ordenó las medidas de rigor, que encargó a personal especializado de la Policía de Investigaciones.
Los peritos rastrillaron la escena del crimen y hallaron así una cápsula servida de bala 9 milímetros y un cartucho intacto del mismo calibre, entre otros elementos.
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