Por cuarta vez en lo que va del año delincuentes causaron destrozos y robaron gran cantidad de elementos del club Nuevo Horizonte, ubicado en Pedro de Espinosa 6200, en la zona norte de la ciudad de Santa Fe.
Delincuentes se llevaron reflectores, cables y varias pelotas necesarias para las actividades deportivas. La Comisión del club busca recaudar fondos para reponer los elementos.
Por cuarta vez en lo que va del año delincuentes causaron destrozos y robaron gran cantidad de elementos del club Nuevo Horizonte, ubicado en Pedro de Espinosa 6200, en la zona norte de la ciudad de Santa Fe.
Aníbal Machado, tesorero de la institución, expresó su frustración en una charla con El Litoral, donde describió el impacto del último golpe que, según él, "fue la gotita que pasó el vaso".
"Ya nos venían robando, veníamos castigados durante toda la semana", relató Machado. El domingo, el club había sido escenario de una jornada de limpieza y mantenimiento: "Estuvimos pintando, cortando el pasto, preparando el lugar para los chicos y los eventos. Pero esa misma noche, los ladrones rompieron la puerta de la Secretaría con un hierro y se llevaron todo lo que encontraron".
Los objetos robados no fueron pocos ni de poca importancia: "Reflectores, cables, una motoguadaña, las pelotas de los chicos... Nos dejaron en bolas, literalmente. Ahora, tenemos solo dos pelotas para jugar, y el viernes arranca la jornada oficial de Primera".
La situación económica de la institución no permite reponer rápidamente lo perdido. Con las pocas pelotas que quedaron y la necesidad de comprar una cortadora de pasto o conseguir una prestada, el club enfrenta la posibilidad de no poder realizar sus eventos programados.
Machado reveló que, ante la urgencia, saldrá a comprar al menos dos pelotas nuevas, cuyo costo es de 56.000 pesos cada una, un gasto considerable para el limitado presupuesto de un club de barrio.
A pesar del golpe, el tesorero asegura que la comunidad y los padres se están organizando para no detener la actividad del club. La Comisión Directiva, conformada por gente del barrio, considera instalar una alarma para intentar prevenir nuevos ataques, aunque las cámaras de seguridad son aún inalcanzables para su presupuesto.
"Vamos a hacer un fondo comunitario y poner lo que podamos para instalar al menos una alarma", comentó. "La idea es que cuando se escuche algún ruido extraño, los vecinos salgan al club a ver qué pasa. No nos queda otra".
A la espera de soluciones de fondo, Nuevo Horizonte busca cómo reponerse del golpe. Para Machado y los demás miembros de la Comisión, "la única opción es seguir", aunque cada vez les sea más difícil sostenerse.