De la Redacción de El Litoral
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Autoridades eclesiásticas de Entre Ríos, negaron que el padre Néstor Monzón vaya a alojarse en la abadía de Victoria. El viernes pasado la Justicia le concedió el beneficio de la domiciliaria.
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“El padre Néstor Monzón (...) no está alojado ni vendrá a esta Abadía”, sostuvieron de manera categórica las autoridades eclesiásticas de la ciudad de Victoria, en la provincia de Entre Ríos. El reverendo Carlos Martín Oberti, responsable de la Abadía del Niño Dios, hizo público un comunicado para desmentir la versión de que el cura detenido la semana pasada en Reconquista vaya a ser alojado en dicha jurisdicción.
El comunicado llegó a los medios entrerrianos y luego a los santafesinos, en el transcurso del fin de semana, enviado por el Padre Emanuel Tournoud de la parroquia Nuestra Señora de Aránzazu, de Victoria.
El escrito, de apenas cinco renglones aclara que: “Ante las versiones periodísticas difundidas en estos días, la comunidad benedictina de la Abadía del Niño Dios, comunica que el padre Néstor Monzón perteneciente a la diócesis de Reconquista, provincia de Santa Fe, no está alojado ni vendrá a esta Abadía. Asimismo hacemos saber que con respecto a dicho sacerdote no tenemos ninguna responsabilidad ni relación”.
En una comisaría
El viernes pasado, en una audiencia de más de tres horas, el juez penal de Reconquista, Ireneo Berzano, concedió al cura el beneficio de la prisión domiciliaria por 60 días, a pedido de los abogados defensores Ricardo Degoumois y Luis Gabriel Tanino, quienes propusieron la abadía de Victoria para su alojamiento mientras se sustancia la investigación.
Además, el magistrado dictó una serie de medidas que aseguren el cumplimiento de la reclusión en dicho lugar, entre ellas la conformidad de un guardador o responsable por parte de la institución benedictina.
Lejos de acompañar el planteo defensivo, el rechazo público de la abadía entrerriana obligó a las autoridades a mantener preso al párroco, que desde el viernes se encuentra alojado en la comisaría 3ra. de Avellaneda.
“Que siga preso”
“Nosotros mantenemos nuestra postura de que (Monzón) permanezca preso en una comisaría de cualquier lugar de la provincia o a disposición del Servicio Penitenciario”, declaró hoy el fiscal regional de Reconquista, Eladio García.
Ese había sido el pedido primigenio de los fiscales Rubén Martínez y Alejandro Rodríguez, quienes en el tratamiento de la medida cautelar solicitaron 90 días de encierro.
Pero “como el juez dijo que requería la figura de un garante que eran las autoridades de la Abadía, y la Abadía dice esto de que no lo aceptan, se cae directamente la medida al no haber un garante”, explicó el jefe de fiscales. Ahora “está en la comisaría de Avellaneda y va a seguir ahí”, cerró.
A propósito de un próximo destino, García sostuvo que “la defensa tendría que pedir una audiencia nueva para ofrecer otro lugar”, sino “por lo menos por 60 días permanecerá detenido”.
Investigación abierta
Consultado acerca del rechazo público que generó la decisión del juez de darle la posibilidad de cursar el proceso en un domicilio particular, García reconoció que “todas las medidas que después el juez fue agregando daba la impresión de que iba a estar en un lugar seguro, en el que no iba a poder entorpecer la investigación”. Aunque recalcó el argumento de que todavía faltaba tomar la denuncia al padre de una de las víctimas y eso requería “que esté alejado de la feligresía”.
Por otra parte el fiscal García explicó que Monzón es “un cura que estuvo en varios lugares: en Romang, Villa Ocampo, La Sarita, Avellaneda” entre otras, por lo que “estamos trabajando sobre eso” y “ojalá no aparezcan nuevos casos”.
Formalmente el cura de 47 años está acusado por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por la condición de ser un ministro de un culto religioso reconocido y por producir un grave daño en la salud de la víctima”, una nena de tres años. No obstante, luego de la detención del párroco,acontecida el martes 19 de abril, el papá de un nene de tres años también radicó una denuncia por hechos similares, que habrían tenido lugar en la casa que el cura habitaba detrás de la iglesia María Madre de Dios, del barrio San Jerónimo de Reconquista.