El sacerdote Justo Ilarraz, quien es investigado por la justicia de Entre Ríos por denuncias de supuestos abusos sexuales en el seminario de Paraná, ‘se encuentra muy desorientado y supone que hay algo económico de fondo‘, dijo hoy el abogado Jorge Muñoz.
El letrado señaló que la acusación por presuntos ataques sexuales perpetrados a seminaristas entre 1985 y 1993 ‘lo afectó de manera grave, no sólo en su vocación. Ha quedado como uno de los mayores pedófilos de la historia‘. ‘Ahora se siente contenido espiritual y anímicamente. Pero al comienzo de todo, estaba destruido. Parecía que le habían caído 40 años encima‘, dijo el abogado que lo asiste.
Muñoz, en una entrevista con el diario La Gaceta, señaló que Ilarraz se instaló en Tucumán, en casa de una hermana, desde donde mantuvo ‘contactos con autoridades eclesiásticas y colegas suyos, que le dan una mano y lo apoyan‘. Además, señaló que el sacerdote tendrá ‘que remar con un problema muy grande: la condena social. Pero una vez solucionado todo esto, estoy seguro de que la gente de Monteros lo recibirá con las manos abiertas. Ahí, la mayoría habla muy bien de Ilarraz‘.
Consultado sobre qué opina Ilarraz de la acusación, dijo que ‘se encuentra muy desorientado. Supone que hay algo económico de fondo‘. ‘Los que lo acusaron son chicos que estuvieron en contacto con él con posterioridad a los hechos denunciados. Realmente, la situación lo desorbita‘, añadió el letrado.
Muñoz también apuntó que ‘incluso, se escucha que la querella ya puso números. Habría reclamos a la Iglesia de más de 200.000 euros por persona. Y se habla de la promoción de un libro‘.
En la acusación contra Ilarraz, la justicia entrerriana avanza en la instrucción del caso para determinar si fue autor de abusos sexuales contra unos 50 menores de edad del Seminario Menor entre 1985 y 1993.
DYN