Por Juliano Salierno
El matrimonio Rézola, detenido la semana pasada en un monte de Santo Tomé, se abstuvo de declarar el viernes ante el juez de Instrucción en Feria, hasta tanto no designen un abogado de confianza, indicaron hoy fuentes tribunalicias. Por otra parte, una de sus hijas, de 16 años, ratificó esta mañana la denuncia en el Juzgado de Instrucción Cuarta, a cargo de la Dra. Susana Luna.
Juan Carlos Rézola, de 39 años, está imputado por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, falsificación de documento público, supresión de identidad, coacciones agravadas y resistencia a la autoridad”; mientras que a su mujer, Claudia Romero, de 33 años, se la acusa de ser “partícipe necesaria” por los abusos y “encubrimiento agravado”, como imputación alternativa.
El caso que alcanzó estado público la semana pasada, comenzó el 10 de junio con la denuncia de una de las víctimas en Fiscalía, que harta del trato abusivo decidió abandonar la casa paterna junto con uno de sus hermanos. A partir de ese momento, la jueza Luna emprendió una minuciosa investigación, en colaboración con efectivos de Seguridad Personal y División Judicial de la Unidad Regional Uno, que tras varios intentos fallidos, en un mes lograron atrapar al evadido.
Vida salvaje
El descubrimiento del pozo que había en el patio de la casa del barrio Costa Azul, en Santo Tomé, fue lo que determinó a los investigadores en el tipo de búsqueda. “Tratar de penetrar en la psiquis del buscado” fue la misión de los pesquisas, que al advertir aquellas señales optaron por perseguir a un sujeto con ciertos rasgos de vida salvaje.
Según trascendió fue de vital importancia para descubrir la guarida en la que Rézola escondía a su familia, la publicación de la foto del acusado, que los medios de la zona se encargaron de propagar. El hallazgo se produjo tras el aviso de una mujer, que dijo haber visto al hombre que salió en la foto de El Litoral en su edición del 15 de junio, confiaron fuentes del caso.
No obstante, la historia de los Rézola no sería nueva para los distintos organismos del Estado, especialmente el judicial, puesto que ya en 2006 uno de sus hijos, hoy de 20 años, acusó a su padre de abusarlo sexualmente. El muchacho había sido detenido en ocasión de robo y cuando lo entrevistaron se despachó con una historia sórdida, de la que en realidad él era víctima.
Por esa denuncia, el Juzgado de Menores N° 2 remitió actuaciones al Juzgado de Instrucción Octava, para que emprendiera otra investigación por los supuestos abusos. Pasaron varios años hasta que se ordenó un pedido de captura en 2010.
Cambio de juez
En cuanto a los hechos que se le atribuye, principalmente al hombre, cuentan tres abusos sexuales, contra los dos varones -uno mayor de edad- y una mujer, también menor. Además de estos tres, por distintas circunstancias apartados del seno familiar, Juan Carlos Rézola tenía cautivos a otros cuatro menores de entre 7 y 14 años.
Esta mañana, la jueza Luna le tomó declaración testimonial a la chica de 16 años, que llegó a tribunales acompañada por un equipo de psicólogos que controlaron la entrevista y le brindaron asistencia. Luego del acto, la titular del Juzgado resolvió acumular el expediente con las viejas denuncias y remitir el caso a su par de Instrucción Octava, el Dr. Jorge Patrizi, que será el encargado de resolver la situación procesal de los detenidos.