El Litoral
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“Apenas esté recuperado voy a denunciar a los que me pegaron”, dijo la víctima de este hecho.
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El sábado a la noche Francisco Moya (18) asistió junto a su novia y unos amigos a un cumpleaños en el Lawn Tennis local.
Ya en la madrugada del domingo, cerca de la 1, todo el grupo se retiró para continuar los festejos en un boliche, pero en dicho trayecto sobrevino un grave percance.
Los jóvenes iban caminando por la costanera en dirección al Puente Colgante y a la altura de Siete Jefes al 3700 son interceptados por otro grupo de jóvenes.
Dos contra once
* “Yo los conozco. Son todos rugbiers de un club de la ciudad. Primero le empiezan a gritar cosas al grupo donde iba mi novia. Entonces les digo que ‘paren la mano’. Ellos no me escuchan y cada vez les gritaban cosas peores. Ahí vuelvo y les digo ‘¡Basta... ya está!”, recuerda hoy Francisco en diálogo con El Litoral.
* “ En eso el primo de mi novia también enfrenta a uno y le dice que se vaya. Pero este muchacho lo agarró del cuello y amenazaba con pegarle. Como mi primo es menor, yo me desesperé y salí corriendo para separarlos. En ese momento no medí nada porque éramos nosotros dos contra once. No había chances...” (dice con ironía).
* “Cuando estoy llegando para ayudar a mi primo siento que me agarran entre varios. Luego uno viene de atrás y me pega directamente en la cabeza, a la altura de la sien. Yo me agaché porque eran muchos. Pero ellos querían seguir pegándome. Logro pararme y empiezo a tambalearme, no veía bien.
Todo terminó cuando aparecieron unos hombres de Prefectura y los sacaron”.
* “Yo seguí caminando unos metros pero empecé a perder el conocimiento. Casi no podía hablar. No sentía las manos y tampoco la mandíbula. Entré a sentir náuseas entonces llamamos al 911. Apareció un patrullero, me llevaron a la comisaría, me tomaron declararon y luego llegó una ambulancia que me asistió”.
No quería preocupar
Pero la pesadilla de Francisco siguió luego en su domicilio.
* “Ya en mi casa estuve toda la noche retorciéndome de dolor. No quería decir nada porque no quería preocupar a nadie. Pero al otro día conté lo que había pasado y entonces me llevaron al hospital. Incluso me pusieron un inyectable pero no se me pasaba el dolor. Y cuando hicieron una placa radiográfica vieron que tenía una fractura en el hueso temporal.
Los médicos me dijeron que estuve muy cerca de una tragedia. Que si esa noche recibía otro golpe en el mismo lugar, probablemente terminaba en una cirugía de cabeza. Ahora me dieron tres semanas de reposo y que tome ibuprofeno.
A la hora de sacar conclusiones Francisco dijo que “no comprendo semejante grado de agresividad. Encima yo soy un pibe re tranquilo. Pero bueno, esto no va a quedar así. Yo tengo identificado a quienes me pegaron. Y una vez que me recupere los voy a denunciar formalmente. Esta gente no puede andar ‘bardeando’ a las mujeres, atacar en patota y seguir impunes”, cerró.