En la vidriera. En las esquinas cercanas a la terminal abunda la oferta sexual. También se ve gente durmiendo y suele haber peleas entre los cuidacoches que se disputan las cuadras. Foto: Diario El Litoral
Los vecinos cuentan que se ven circular jóvenes que piden y duermen en la calle, y hay mucha prostitución. Los comerciantes coinciden en que es un sector inseguro y degradado. El municipio tiene un proyecto para revalorizar calle Hipólito Yrigoyen.
En la vidriera. En las esquinas cercanas a la terminal abunda la oferta sexual. También se ve gente durmiendo y suele haber peleas entre los cuidacoches que se disputan las cuadras. Foto: Diario El Litoral
Dentro del desarrollo urbano de Santa Fe, la zona de la estación terminal de colectivos Manuel Belgrano no logró alcanzar el mismo ritmo de crecimiento y cambio que otros sectores. De frente al edificio de la estación, en el área delimitada por las calles Belgrano y San Luis, en las intersecciones con Gdor. Crespo, Hipólito Yrigoyen, Irigoyen Freyre y Catamarca, e incluso la plaza España, resulta una zona descuidada e insegura con un particular modo de funcionamiento, tanto de día como de noche. En las cuadras cercanas, en cambio, la apariencia es bien distinta debido a las intervenciones que, ya sean públicas o privadas, revalorizaron el perímetro de la terminal. Hacia el oeste, justo atrás de la terminal, barrio Candioti Sur mejoró considerablemente a partir del asfaltado de calles como Fray Justo Santa María de Oro, el Pje. Grilli y el Pje. C. S. Martín, aunque falta iluminación. Hacia el sur, el desarrollo urbano es muy significativo, con la avenida Alem y el boom inmobiliario del puerto. Y hacia el este, la peatonalización de San Martín Norte le renovó el rostro a este sector de la ciudad. “Acá está toda la lacra”, sentenció una comerciante de calle Belgrano, entre Crespo e H. Yrigoyen, cansada de atravesar situaciones riesgosas con algunos sujetos que “borrachos o drogados” hacen propia la calle. Los vecinos y comerciantes de la zona dicen por lo bajo que éste es un lugar en el que sólo prospera la venta de droga y sexo. Un territorio administrado por los cuidacoches, que se reparten las cuadras en las que cada uno “gobierna” y cobra el servicio a su gusto. “Los ‘trapitos’ se agarran a las piñas en la calle, aprietan gente para pedir y si alguno se quiere meter a trabajar lo sacan volando”, comentó la mujer. Las condiciones generales tampoco son propicias para que un emprendimiento funcione: “Ninguna familia va a querer venir a un comedor a sentarse al lado del fiolo que está transando con una prostituta”, insiste una vecina, que también prefiere resguardar su identidad para evitar conflictos. Control y mejora Como método para paliar la inseguridad, en julio de 2011 la Municipalidad amplió por calle Hipólito Yrigoyen, desde la avenida Rivadavia hasta Belgrano, el control mediante el Sistema de Monitoreo. En total colocaron 9 cámaras en las inmediaciones de la terminal: 6 fijas y 3 móviles. “Lo que más nos preocupa es la presencia de los chicos, que a veces están drogados y roban”, le dijo a El Litoral, cuando se implementó el sistema, una mujer que tiene un kiosco frente a la plaza España. Desde enero a abril de este año, según datos suministrados por la Municipalidad, mediante las cámaras se detectaron: 16 casos de consumo y venta de estupefacientes; 14 situaciones de violencia y robo; 10 vecinos que sacaron los residuos fuera del horario debido; se produjeron 19 traslados y advirtieron 39 “situaciones sospechosas”, aunque no precisaron de qué se trató exactamente. Tras la peatonalización del tramo norte de San Martín, los comerciantes de calle Hipólito Yrigoyen impulsaron un proyecto, de manera conjunta con el municipio, por el cual se mejoraría la calzada y colocarían mobiliario urbano para realzar el tramo. (Ver nota relacionada). Vulnerabilidad extrema Temprano a la mañana también se ven niños pequeños y adolescentes que, sorprendidos por la noche y con la panza vacía, duermen en los recovecos que forman las construcciones. Las veredas hacen de baño y el cielo es el único techo. “Antes estaban los de la conocida ‘Banda del poxi’. Ahora son pibes de Barranquitas, Los Hornos o Villa Hipódromo, que se vinieron para acá y se quedaron en la calle”, comentó una comerciante. De un puesto de diarios y revistas de Hipólito Yrigoyen, casi Belgrano, colgaba una toalla. “Es que se bañan en las canillas de la plaza y hacen sus necesidades ahí”, dijo un hombre señalando una escalón de la pared. Otros dicen que duermen bajo los árboles del Predio Ferial, atrás de la terminal. Un comerciante reparó en la cantidad de gente que “no se sabe de dónde salió” y circula por la zona. “Desde que en Santa Fe se jugó la Copa América quedaron muchos extranjeros, que no se sabe de dónde son, y andan por acá transando”, describió. El sector también se constituyó en una de las “zonas rojas” de la ciudad. Especialmente a la noche, pero también a la mañana, la siesta y a la tarde, mujeres y hombres ofrecen su cuerpo a cambio de dinero. El corredor de ofer