Por Juan Manuel Peratitis
El hombre que los tenía cautivos amenazó con quitarse la vida. Decenas de vecinos reaccionaron en su apoyo. Las fuerzas de seguridad procedieron a allanar el sitio y llevar a la Granja La Esmeralda a la mayoría de los ejemplares.
Por Juan Manuel Peratitis
Una situación realmente dramática se vivió en la siesta de este miércoles en Desvío Arijón, departamento San Jerónimo, cuando se realizó un operativo conjunto en un "refugio" de animales silvestres, en un camino rural ubicado a 300 metros de la Ruta Nacional Nro. 11, a la altura del Km 436.
Se trató de un procedimiento conjunto, en el que participó personal de la División de Delitos Ambientales de la Agencia de Investigación Criminal de la Policía, de la Tropa de Operaciones Especiales, de la Unidad Regional XV, y de la Dirección General de Manejo Sustentable de Fauna del Ministerio de Medio Ambiente de la Provincia.
La investigación está a cargo del fiscal Marcelo Nessier, quien tomó intevención luego de reiteradas denuncias que señalaban el mal estado del lugar y de los animales alojados en el predio.
Las fuerzas de seguridad procedieron a allanar el sitio y llevar a la Granja La Esmeralda a la mayoría de los ejemplares allí implantados.
Cuando esto ocurría, el titular del lugar, E. H., extrajo un arma de fuego y se la puso en la sien al grito de "no puedo vivir más si hacen esto, no puedo seguir así".
Luego, un mediador de las TOE dialogó con el propietario de la reserva y logró que deponga su actitud. A partir de allí, lo llevaron en ambulancia al Hospital de Coronda, donde fue asistido.
Por este incidente, se le formó una causa por tenencia indebida de armas de fuego y resistencia a la autoridad.
En el predio se avistaron gatos monteses, un puma, un aguará guazú, cabras, carpinchos con sarna, al menos un zorro, nutrias, dos lobitos de río, y especies de aves como patos, caburés, ñandúes, pavos reales y caranchos, la mayoría con sus alas cortadas, en algunos casos hasta quebradas.
Al respecto, el comisario supervisor de la División de Delitos Ambientales de la AIC, Diego Centurión, mencionó que "vinimos a cumplir una orden de allanamiento mandada por el fiscal Marcelo Nessier, a partir de diversas denuncias sobre este predio, donde tenían animales que son autóctonos, protegidos por ley nacional y provincial, y vinimos a ver las condiciones de los animales y llevarlos a la Granja La Esmeralda".
Luego, subrayó que "el lugar habitual de residencia de estas especies es la naturaleza" y alguien podría tenerlos "si estuviera autorizado por el Ministerio de Medio Ambiente para poder acopiar animales y ver la situación de ellos".
Según lo chequeado por las autoridades y de acuerdo también a la recorrida a la que accedió este medio, "faltan cuidados. De acuerdo al informe, no están los animales en las mejores condiciones, se trasladarán para ser chequeados, pero además se secuestraron armas de fuego, y se vivió una situación atípica y dramática, con la persona a cargo del lugar".
A su turno, Pablo Siroski, Director General de Manejo Sustentable de Fauna comentó que "es la segunda visita que hacemos al lugar, por diferentes tipos de denuncias. Aquí se cobraba entrada para estar en contacto con animales silvestres, algunos con estados lamentables, totalmente descuidados".
Más adelante, explicó que esos animales "no están en condiciones, se encuentran enfermos, con serios casos de desnutrición, cuadros respiratorios muy graves, mucha suciedad en las jaulas, casi abandonadas, poca posibilidad de supervivencia" y detalló puntualmente que "hay algunos animales como el aguará guazú, que es monumento provincial que no puede estar en cautiverio, otras especies que deben justificarse su origen, y en estas condiciones es imposible. Tampoco hay un veterinario fijo que es uno de los requisitos más importantes para aprobación".
Siroski habló de un puma que se encontró en muy mal estado: "Lastimado, con un cuadro respiratorio gravísimo, desnutrido, con huesos tirados de hace mucho tiempo, con materia fecal". Además, explicó que "encontramos animales muy implantados. No podrían ser liberados en ambientes naturales, pero podríamos llevarlos a reservas que puedan recibir a algunos con cierto grado de impronta". Finalizó diciendo que el lugar "no puede seguir abierto, no en estas condiciones".
Durante todo este procedimiento, unos 150 vecinos se acercaron para manifestar en todo momento su apoyo al dueño de la reserva, por considerar loable y bien intencionada su tarea de rescatar animales e incluso se quedaron montando guardia durante varias horas para tratar de que el lugar no sea vaciado totalmente y que a su dueño lo liberen de cualquier situación judicial.
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