La Policía de Investigaciones detuvo este lunes a un hombre acusado por un violento incidente ocurrido a mediados del mes pasado en la ciudad de Santa Fe. El sospechoso, de 45 años, sería quien mantuvo secuestrado a Maximiliano Oliva, el joven que fue hallado atado de pies y manos en la zona oeste de la capital provincial y denunció que había sido capturado, torturado y amenazado.
Oliva, de 26 años, es el menor de tres hermanos, tiene 26 años, está casado y es papá de una pequeña. Se domicilia en uno de los departamentos de la Manzana 5 del barrio Fonavi San Jerónimo, detrás del estadio del Club Atlético Colón. El lunes 12 de febrero, por la tarde, salió de su casa para hacer un "mandado" y desapareció. "Ya vengo. Poné la pava para el mate", le dijo a su mujer y fue a comprar una "rosca" de panadería en un kiosco cercano, pero se esfumó.
Un rato más tarde, como no regresaba, su esposa lo llamó por teléfono. El aparato ya estaba apagado. Desde entonces, familiares y amigos lo buscaron por todos lados. Al día siguiente, decidieron hacer la denuncia por pedido de paradero en la Subcomisaría 1a.
"Maxi" apareció dos días más tarde, el miércoles, en horas de la mañana. Lo halló un empleado de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) que trabajaba en inmediaciones de la Estación Sur que tiene la firma, al costado del avenida de circunvalación.
El muchacho estaba allí en estado de shock, con una media en la boca y atado de pies y manos. Las primeras versiones indicaban que tenía algunas lesiones que evidenciaban una golpiza y que presentaba síntomas de deshidratación. Él les contó a los policías que dos hombres le apuntaron con un arma, lo subieron a un auto con una bolsa en la cabeza y lo tuvieron cautivo. Asimismo, indicó que conocía a uno de los atacantes y que le robaron $ 2.500 y su teléfono celular. "Vos ya sabés por qué te pasa esto", le habrían dicho los agresores, palabras más o menos.
Amenazados
"Mi familia está amenazada desde hace un tiempo. Hicimos un montón de denuncias", aseguró Lilia, la mamá de Maximiliano, luego de la aparición de su hijo.
"Con mi hija vivimos en la Manzana 9, en la planta baja. Semanas atrás unos vecinos nos pidieron permiso para guardar la moto en nuestra vivienda, que tiene un pasillo. Eran conocidos y les dijimos que sí. Los problemas comenzaron cuando el vehículo desapareció. Acompañamos al dueño a hacer la denuncia, pero después él y su esposa acusaron a mis hijos de ladrones. Desde entonces, pasaron con frecuencia frente a casa y nos gritaban, insultaban, amenazaban de muerte. También fueron al lugar de trabajo de mi hija (un conocido bar), donde causaron problemas", manifestó la mujer.
Investigación
Con información y pruebas encontradas, la PDI allanó este lunes un inmueble de la Manzana 5 del barrio FONAVI San Jerónimo.
Allí aprehendió a un hombre identificado por sus iniciales como E.M.L., de 45 años. En ese domicilio se secuestraron, entre otras cosas, tres teléfonos celulares.
Las órdenes correspondientes fueron libradas por la jueza María Celeste Minniti, quien dispuso se traslade al hombre y se lo identifique por el delito de "privación ilegítima de la libertad".