Danilo Chiapello - dchiapello@ellitoral.com
El dolor es enorme y la necesidad de justicia también.
Con esta frase Graciela y José Luis (los padres de Marianela) pintaron el ánimo que reina en sus cuerpos tras el desgraciado hecho.
Atravesados por el dolor más grande de sus vidas, Graciela y José Luis consumen las horas tratando de buscar algo que explique lo inexplicable.
“A veces nos quedamos largo rato mirando la puerta..., otras mirando hacia ningún lado, como esperando aún verla llegar”, dijeron visiblemente conmovidos.
No hay consuelo
Cuando se cumplen diez días de la muerte de la joven (y 15 de ocurrido el robo) muy poco -o nada- es lo que se sabe sobre los autores del hecho.
Quienes están a cargo de la investigación no han encontrado aún una pista firme que conduzca al esclarecimiento del caso.
Pese a ello los Brondino no pierden la fe. Hoy se mostraron dolidos... pero enteros.
“La pena que tenemos es muy grande. Tan grande como la necesidad de justicia”, dijeron para comenzar la charla con este cronista.
La ausencia de Marianela puede respirarse en cada rincón de esa casa. Es por eso que muchas de las palabras surgieron al borde de las lágrimas.
“No se puede poner en palabras esto que nos ha pasado”, comenzó diciendo Graciela. No hay consuelo cuando se pierde un hijo. Los días ahora son interminables. Tenemos que buscar la manera de afrontar esta nueva situación. Yo sé que nadie me va a devolver a mi hija, entonces lo único que tengo es una demanda enorme de justicia.
Seguimos esperando
Sabemos que hasta el momento no hubo novedades. Pero queremos respetar los tiempos. Aun estamos procesando todo esto que pasó.
Cuando bajemos un poco de esta tormenta será la hora de tomar decisiones más firmes. Por ahora dejamos que todo transcurra por los carriles que debe ir.
No obstante ayer nos pusimos en contacto con la gente del Centro de Asistencia Judicial. Allí nos trataron muy bien y nos prometieron que se van a encargar de seguir el expediente.
A su turno José explicó que “seguimos conmovidos no sólo por lo que le pasó a nuestra hija, sino también porque nos enteramos de otros casos que ocurrieron después. Los hechos de violencia siguen ocurriendo y las soluciones no llegan. ¿Qué está pasando en esta ciudad?, se preguntó.
Yo pido que la gente se anime y denuncie. Muchas veces ocurre que la gente, por hartazgo o por miedo, no denuncia. Entonces nadie se entera de las cosas.
Más adelante Graciela señaló que encontró una suerte de consuelo cuando abrió un sitio en Facebook. “Allí al menos puedo expresarme. Me pongo en contacto con mis amigos. Puedo canalizar muchas de las emociones y sentir algo de contención.
Por último los esposos reclamaron por el aporte de los testigos. “Pedimos que si alguien vio u observó el hecho por favor que se acerque. Se puede ayudar hasta de manera anónima. Confiamos en que si todos nos comprometemos un poco, en algo se puede mejorar”.
El hecho
La tarde del 27 de abril iba a ser la última jornada de trabajo de Marianela en la panadería Boneo.
En momentos que circulaba en bicicleta hacia su casa fue asaltada por dos individuos que se conducían en moto.
El ataque fue vil y a traición (desde atrás). Por el empujón Marianela cayó al suelo con tanta mala fortuna que golpeó fuertemente su cabeza contra el pavimento. La chica agonizó cinco días en el hospital Cullen donde finalmente se produjo su deceso.