Admitió que asesinó a su vecino de 34 puñaladas en Villa Oculta
Es el primero de los tres imputados por el crimen de Hernán Gustavo "Tamba" Candotti -ocurrido el 5 de diciembre de 2019– en reconocer su responsabilidad en el ataque. Aceptó 10 años de prisión.
Admitió que asesinó a su vecino de 34 puñaladas en Villa Oculta
De madrugada y para robarle lo poco que tenía, asesinaron de 34 puñaladas y un ladrillazo en la cabeza a Hernán Gustavo "Tamba" Candotti, un vecino de Villa Oculta de 42 años. Tres hombres fueron imputados por el violento ataque, y a dos años y medio del homicidio uno de ellos aceptó su responsabilidad y, con ello, la condena a 10 años de prisión.
Este jueves al mediodía el fiscal Martín Torres y el defensor público Sebastián Moleón presentaron ante el juez penal Héctor Gabriel Candioti el acuerdo de juicio abreviado firmado por Emanuel Eduardo Roldán (29).
Hernán Gustavo "Tamba" Candotti tenía 42 años cuando fue asesinado de 34 puñaladas.
El magistrado admitió el escrito, que comprende la condena a 10 años de prisión por la coautoría del "homicidio en ocasión de robo" cometido la madrugada del 5 de diciembre de 2019, en un descampado del oeste de la ciudad. Resta esperar la sentencia.
Ataque
La madrugada del 5 de diciembre de 2019, Emanuel Roldán y los hermanos Alan y Kevin Valdéz se reunieron con "Tamba" Candotti y un pariente suyo en un descampado ubicado en inmediaciones de Aguado y Suipacha. Llevaban un par de minutos charlando cuando Roldán le pidió al familiar de Candotti que le fuera a comprar cigarrillos.
Aprovechando que "Tamba" había quedado solo, el grupo de amigos comenzó a agredirlo. Le robaron su teléfono celular y una frazada, mientras lo golpeaban. Pero como si eso no fuera suficiente, también le pegaron con un ladrillo y comenzaron a apuñalarlo en distintas zonas del cuerpo, tras lo cual se retiraron del lugar.
Las múltiples lesiones y la falta de asistencia inmediata provocaron la muerte de Candotti. Falleció tirado entre la maleza, a metros del rancho que había construido y habitaba desde hacía unos pocos años, acompañado por algunos familiares que durante dos horas se cansaron de llamar a la ambulancia, que nunca llegó.