Los investigadores del crimen de Eduardo Trasante determinaron que un joven que está preso en la cárcel santafesina de Piñero, ligado a la narcobanda “Los Monos”, fue quien encargó “conseguir” el automóvil que luego fue utilizado por los delincuentes que ejecutaron al exconcejal de Rosario, informaron fuentes judiciales.
Uno de los fiscales que investiga el caso, Matías Edery, reveló este jueves que las dos personas imputadas el miércoles por comprar el auto robado, un Peugeot 308 blanco empleado en el asesinato, “tuvieron contacto con este preso, y eso ratifica la sospecha” de que el crimen de Trasante fue ordenado desde la cárcel de Piñero.
Se trata de Isaías Z., detenido en ese penal santafesino desde enero del año pasado, luego de ser arrestado con varias armas y una camioneta robada junto a otras personas.
Voceros de la investigación indicaron que ese grupo delictivo que fue desarticulado está relacionado con la banda “Los Monos”, una de las principales organizaciones narco del sur provincial.
“Se confirma que tuvieron contacto (las personas investigadas) con él, quien encarga ‘conseguir’ el vehículo”, dijo el fiscal en declaraciones a Radio Dos de Rosario, para agregar que “eso ratifica las sospechas”.
Un día antes, Edery había asegurado “la orden” del homicidio había partido “de un pabellón de la cárcel de Piñero, donde hay jefes narcos”, entre otros detenidos.
La Justicia imputó este miércoles con prisión preventiva a dos jóvenes por encubrimiento, los cuales fueron identificados como Aníbal Maximiliano Galván, alias “Archi”, y Brian Nahuel Álvarez, apodado “Buba”.
Según la evidencia recolectada por la Fiscalía, los dos jóvenes compraron por 20 mil pesos el Peugeot 308 utilizado en el asesinato ocurrido el 14 de julio.
Detallaron que la transacción la hicieron a las 22 del 11 de julio en un terreno baldío ubicado en Garzón y Demetris con Ariel Hernán Sosa, una de las personas -hay otras aún no identificadas- que robaron el vehículo el día anterior durante una entradera en Juan XXIII 6650 de Rosario.
Además, Edery reveló que Sosa declaró que le habían ofrecido “un trabajo” por 500 mil pesos, que podría ser la ejecución del crimen de Trasante.
El exconcejal y pastor evangelista fue asesinado por dos personas de un disparo en la cabeza en su vivienda de San Nicolás al 3600, delante de su familia, el 14 de julio pasado.
Había perdido dos hijos, en 2012 y 2014, como consecuencia de la violencia urbana.
El vehículo utilizado para el asesinato fue encontrado un día después y el miércoles quedaron imputados por encubrimiento del homicidio, por prestar la logística del transporte, Galván y Álvarez.
Los fiscales Edery y Gastón Ávila, que investigan el caso, no descartaron que los mismos pueden ser los ejecutores del crimen, aunque aún no tienen pruebas para acusarlos de homicidio.
El miércoles por la noche, la Agencia de Investigaciones Criminales (AIC), allanó la casa donde reside la madre y una hermana de Isaías Z., en la que secuestraron teléfonos celulares que fueron enviados a peritar, informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Edery dijo que “la motivación” del crimen “no la tenemos”.
“Hay un montón de hipótesis investigándose. La posibilidad de un crimen político no la descartamos, por eso hacemos doble investigación: viendo las motivaciones e investigando quiénes son las personas, que es otra forma de llegar a entender el crimen”, completó el fiscal.