Una joven de 15 años atravesó una situación espeluznante poco después del mediodía de este jueves en inmediaciones del cruce de avenida Aristóbulo del Valle y Lavaise, una zona por demás de transitada.
Una estudiante que salía de clases fue seguida por tres hombres a bordo de un automóvil. Uno de los sujetos se bajó y la tomó del brazo, pero la menor de edad logró zafar y escapó corriendo.
Una joven de 15 años atravesó una situación espeluznante poco después del mediodía de este jueves en inmediaciones del cruce de avenida Aristóbulo del Valle y Lavaise, una zona por demás de transitada.
Ella es alumna del Colegio Verna, institución que se erige en el corazón del barrio Jardín Mayoraz. Habían pasado unos minutos de las 13 cuando salió de clases. Con amigas caminó hasta la parada del colectivo y allí quedó parada sola.
En esos momento, se le acercó un automóvil negro con tres hombres a bordo. Estos sujetos comenzaron a acosarla. "Qué linda. Rubia, vení, vení, vení", le decían de manera intimidante. La chica se apuró para caminar, tratando de alejarse y buscando a otras personas que le dieran amparo, pero unos metros más adelante su miedo se transformó en pánico.
Cuando ya casi se encontraba frente a la Iglesia de Luján, uno de los hombre bajó del vehículo y alcanzó a tomarla del brazo con fuerza, mientras insistía: "Vení, vení, vení".
La menor de edad reaccionó y salió corriendo en sentido opuesto, hacia calle Lavaise y luego al oeste, para ocultarse en un pasaje ubicado a media cuadra. Allí aguardó y finalmente juntó fuerzas y valor para llegar hasta la casa de la abuela de una amiga, a pocos metros. En ese momento, pudo ver como por la esquina pasaban nuevamente los acosadores. La estaban buscando. Escalofriante.
La madre y su "soledad"
Analía es la mamá de la víctima. "Primero ella me manda un mensaje que decía: 'Ma, tengo terror. Pasaron dos veces ya. Son tres tipos en un auto que me están diciendo cosas'. Yo estaba trabajando, porque hago horario corrido y recién lo leí cuatro minutos después. Entonces la llamé y escuché que me gritaba: 'Mamá, me están siguiendo, me están siguiendo, tengo miedo'. Desesperada, le dije que se vaya a la casa de la abuela de una amiga de ella, que queda cerca. Le pedí que no me corte, pero la comunicación se cortó. La volvía a llamar y ya no me contestaba. Yo estaba muerta, sentí la sensación de mortandad. Encima, llamaba a otras mamás conocidas y nadie respondida. Fueron unos instantes que para mí fueron eternos. Entonces me llamó mi amiga, diciendo que mi hija estaba a salvo con su madre", relató la mujer.
"No sé cómo vamos a seguir ahora. Nosotros vivimos lejos y tenemos que ver cómo hacemos para que mi hija tenga tranquilidad y protección para ir y venir de la escuela. Estamos destruidos. No sabemos si fue al voleo o la venían siguiendo. Llama la atención que pase algo así en esa zona, tan concurrida, con tantas cámaras de vigilancia. Nunca pensamos que nos iba a pasar algo así. La gente tiene que saberlo, tiene que cuidarse. Desgraciadamente nos tenemos que cuidar solos. Siento esa soledad ahora", se lamentó Analía que radicó la denuncia en la Seccional 5a un rato después.