Jueves 10.2.2022
/Última actualización 19:29
La denuncia se radicó el pasado 14 de diciembre en la fiscalía de Asignación de Casos, donde tras evaluar los elementos aportados por José Daniel Ojeda, el joven que padece cáncer terminal de pulmón, dio intervención a la fiscalía de Robos y Huerto. El jefe de la Unidad, Rómulo Patti, al ver la causa puso a trabajar a su asistente letrado Juan Pablo Encina que reunió una mayor cantidad de elementos y ayer la jueza Estefanía Sauli firmó la orden para allanar en Las Lajas la casa de su colega del interior Bibiana Ojeda.
En estos momentos, solo podemos decir que se está realizando el procedimiento solicitado pese a que la magistrada no se encontraba en la vivienda, por lo que se le avisó y salió de Zapala con destino a su casa. Participan del procedimiento personal de Departamento Delitos de la Policía acompañados por Encina, funcionario judicial a cargo de la investigación.
Ya se habría comprobado que hay elementos que figuran en la denuncia que radicó el hermano de la jueza. Por lo que habrá que esperar ver qué tipo de explicación brinda Bibiana Ojeda.
Bibiana Ojeda es jueza desde 2015, pero poco ha ejercido el cargo por distintas licencias que ha presentado desde que asumió. Su hermano Daniel, no tiene mucha relación con el resto de sus hermanos, son ocho en total los Ojeda. Su elección sexual y religiosa -es umbanda- llevó a que muchos de sus hermanos -varios que trabajan en el Poder Judicial-, cortaran el vínculo con él.
Bibiana y Nancy, su hermana menor, son las más cercanas. El año pasado Daniel se enteró que tenía cáncer de pulmón. El 4 de diciembre llegó al hospital Horacio Heller, donde observaron que la situación que atravesaba era terminal. Le aconsejaron ir a la Clínica Pasteur debido a la falta de camas por la pandemia.
El médico que lo vio en la Pasteur le explicó que su cuadro ya estaba en la etapa final y lo internó para darle unos cuidados paliativos. La esperanza de vida no superaba la semana. Daniel avisó a sus hermanas y lo primero que les dijo en la comunicación que mantuvieron, es que no contaran nada a sus padres hasta que su vida haya terminado.
La jueza Ojeda, en lo que parecía un buen gesto, informó a sus colegas en Zapala de la situación de su hermano y viajó a Neuquén para instalarse en la casa de él y poder acercarle a la clínica ropa limpia, algunos artículos que necesitara y acompañarlo en esos dramáticos últimos momentos.
Si bien la Ofiju le propuso a la magistrada suspenderle las audiencias, ella se negó rotundamente, aunque agradeció y afirmó que cualquier cosa avisaba.
Había pasado una semana desde la internación de Daniel y al observar el médico que se mantenía estable, propio de la aceleración y desaceleración que tiene esta maldita enfermedad, le aconsejó que pensara si quería ir a su casa con algún familiar para pasar sus últimos días en su ámbito.
Lo cierto es que mientras se lo pensaba, el 12 de diciembre, Bibiana le avisó que volvía a su jurisdicción judicial, Zapala, aunque ella vive en Las Lajas en una chacra en la Villa Rural San Demetrio, para estar con su hijo y su esposo.
Daniel le agradeció por todo, pero cuando su hermana Nancy fue para instalarse y cuidar la vivienda, ni bien ingresó comenzó a mandar fotos por WhatsApp contándole que parecía que lo habían desvalijado. Indignado por la situación, el 14 de diciembre Daniel aceptó la propuesta del médico y decidió volver a su casa para morir ahí, pero antes quería acomodar algunas cosas. Por el cáncer que padece, su movilidad está muy reducida y necesita muletas para poder caminar unos pocos pasos, además, debe tener un tubo de oxígeno a mano para sobrellevar las crisis.
Daniel cuando entró a su casa no lo pudo creer, rompió en lágrimas. Entendió que su hermana no perdió el tiempo y lo dio por muerto. La fiscalía tiene toda la prueba de las comunicaciones y audios que intercambió con su hermana, la jueza, que percibe un salario que ronda los 400 mil pesos.
En la denuncia de todo lo que le llevaron figura: una camioneta Fiat Toro, una casilla rodante, una caja fuerte con documentación de la vivienda y del vehículo. Unos 82 mil pesos en dinero en efectivo, un reloj Citizen, la totalidad de la vajilla, heladera, heladera portátil, mesa plegable, ropas varias, reposeras, valijas, gazebo, 52 metros cuadrados de porcelanato y elementos vinculados a su culto, cinco estatuillas de caoba.
Tras varios altercados telefónicos con su hermana, terminó viajando de Las Lajas a Neuquén el esposo de Ojeda y le dejó la camioneta, la casilla, documentación del vehículo, el porcelanato, una conservadora, una caja de herramientas, una mesa de camping, una amoladora, dos valijas, una cocina portátil y una garrafa. El cuñado dejó las cosas y se fue, pero hay otro montón de elementos que Daniel reclama y que por eso recurrió la fiscalía con los elementos necesarios para demostrar lo que le hizo su hermana que es jueza.
Indignado por la situación, Daniel fue acompañado hasta Zapala a fines del año pasado porque quería hablar cara a cara con su hermana. Lo cierto, es que la jueza pidió seguridad a la Policía, y efectivos del GEOP resguardaron a la magistrada los días que éste estuvo en Zapala tratando de hablar con ella. Los pasillos judiciales se llenaron de rumores y alerta por la tensa situación, pero desconocían en verdad lo profundo de la historia.
Daniel regresó a Neuquén y le explicó a los funcionarios judiciales todo lo que falta: la caja fuerte con el dinero, una lapicera Parker de oro verde, un reloj Citizen Titanium, su DNI, copia de la llave de la camioneta, una pava eléctrica, una parilla, un chulengo tambor vertical, un par de muletas de aluminio, botas ortopédicas, una hormigonera y elementos de su religión umbanda.
Lo llamativo es que el Poder Judicial buscó evitar llegar a esta situación y la Fiscalía intentó, aprovechando las herramientas del Código Procesal Penal, llegar a una mediación de partes. Hubo siete encuentros, pero no hubo acuerdo y se debió continuar con las tareas investigativas. Es por eso que ahora se realiza dicho procedimiento en la chacra de la jueza en Las Lajas y también su oficina sobre calle Belgrano al 300 de dicha localidad. La jueza además, posee otra vivienda en Plottier.
Daniel sólo quiere recuperar sus cosas y en esta última etapa de su cáncer y de su vida, poder ser él quién decida a quién le deja sus cosas, porque hay algunas que tienen un valor económico y otras afectivo. Si se constata la existencia de elementos del hermano en la vivienda de la jueza, ¿se la podría acusar por hurto? Es una de las posibilidades, aunque el Código permite que se pueda llegar mediante una nueva mediación a un acuerdo de partes. De lo contrario, la historia terminaría en otro escándalo judicial.
Con información de LMNeuquén