Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Lo asegura una vecina que vive frente al lugar donde asesinaron al policía. “Fue una ejecución”, afirma.
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Un recóndito basural ubicado en Yapeyú fue el marco donde se produjo el crimen de Pablo Cejas. No merecía un final así.
El cuerpo sin vida de este policía, que ganó notoriedad con sus graves denuncias, fue encontrado anoche en un descampado ubicado en Neuquén al 6400.
La zona está conformada por una maltrecha calle de tierra donde confluyen precarias viviendas de chapa y cartón, con otras de material. Todo ello dominado por una densa oscuridad.
* “Eran cerca de las 10 de la noche. Estábamos acostados mirando televisión cuando escuchamos un montón de disparos. También gritos. Nos asustamos porque dos tiros pegaron en el frente de mi casa. Miramos por la ventana y vimos a un hombre tirado en el descampado. Escuchamos que decía ¡No me maten!, pero le tiraron igual”, dijo Vanesa, una vecina, en diálogo con El Litoral.
El relato de esta mujer coincide con la primera hipótesis que se tiene sobre este hecho. Esa línea indica que, previo a su muerte, Cejas se vio envuelto en un fuerte altercado con otro hombre.
En rigor, lo que se sospecha es que el policía salió en defensa de un familiar suyo, el que mantenía un conflicto con otro vecino.
Enterado de esta situación (donde habrían mediado golpes e incluso tiros) Cejas habría intentado hacer justicia por mano propia con el resultado ya conocido.
Lo ejecutaron
El infortunado agente perdió su vida luego de recibir no menos de 10 impactos de bala en distintas partes de su cuerpo. “Fue una ejecución a quemarropa”, opinó un experto.
No obstante en la escena del crimen había marcas de arrastre. No quedó claro si estos movimientos fueron dejados por el propio agente en su intento por escapar de sus agresores, o si quizás fueron provocados por terceros.
Junto al cuerpo del agente quedó tirada la moto en la que se movilizaba.
* “Estuvo tirado más de media hora hasta que llegó la policía. Pobre muchacho, quizás podían salvarlo si lo atendían antes”, dijo esta mañana otra vecina.
Sin el arma
Otro detalle a tener en cuenta es que Cejas no tenía su arma reglamentaria.
Cabe la posibilidad de que el agente no la tenía consigo al momento del incidente (algo muy difícil de creer) o que se la hayan robado. Incluso existe la fuerte sospecha de que el asesino haya utilizado la propia arma de Cejas para matarlo.
Tampoco está claro si el policía fue atacado por una o más personas, aunque todo parece indicar que los agresores fueron varios.
De todos modos se espera con singular interés el resultado de los peritajes para echar luz sobre ésta y otras cuestiones.
Un hombre polémico y de acción
Pablo Cejas había cosechado amores y odios dentro y fuera de la propia fuerza que integraba.
Muchos cuestionaban su proceder, pero nadie ponía en duda que era un “hombre de acción”
* Su primer hecho de relevancia ocurrió la mañana del 28 de agosto de 2013. Esa jornada, Pablo patrullaba en moto por la Circunvalación Oeste cuando un tiro lo alcanzó en el pecho. Lo salvó el chaleco balístico.
* El 5 de junio de 2015, Cejas fue baleado en la intersección de las rutas 2 y 5 cuando iba tomar servicio al Comando Radioeléctrico de Recreo. También se salvó de milagro. Ese mismo día, mientras lo atendían en el hospital Cullen lanzó su denuncia mas terrible: “Tenemos orden de no tocar a los narcos”.
* La noche del 17 de julio de 2016, Pablo se “amotinó” en la Rotonda de Guadalupe y volvió a reiterar sus denuncias contra las autoridades. Fueron varias horas de tensión hasta que finalmente se entregó.