"Yo soy médica y estaba de guardia", comenzó relatando Maira, una joven que el pasado fin de semana perdió los ahorros en dólares que había juntado con años de trabajo. Su madre cayó en la trampa de una audaz banda de estafadores y terminó entregando los billetes extranjeros sin ofrecer resistencia.
"Una mujer llamó a mi mamá a casa – en el distrito santafesino costero de Colastiné Norte- haciéndose pasar por mí", señaló la víctima.
"Hola ma", disparó la delincuente desde el otro lado de la línea. "Hola hija, ¿cómo estás?", respondió la mujer, de 60 años, que fue tomada totalmente desprevenida.
Así, la dueña de casa le contó que estaba sola.
El diálogo que siguió fue el siguiente, palabras más o menos:
-Mamá, estoy en el banco.
-Pero es sábado. ¿No estás trabajando, no estás en la guardia?
-No, me pegué una escapada porque tengo un amigo que es directivo del banco y me abrió hoy para cambiar todos los billetes de cien pesos que hay en casa. Viste esos viejos que ya no sirven, porque son viejos. Hay que cambiarlos porque se van a desvalorizar un 30 por ciento. Sí o sí hay que cambiarlos antes del lunes.
-Hija, acá no hay de esos billetes… sólo están tus dólares.
-Ah… esos también hay que cambiar. Va a ir mi amigo Martín a buscarlos. Dáselos a él.
-¿Qué Martín? No me acuerdo de ningún amigo tuyo llamado así.
- Martín, mamá… cómo no te vas a acordar de Martín.
Sin demasiados reparos, la madre accedió al pedido que le hacía su "hija".
Mirá tambiénAdvierten sobre nueva maniobra delictivaLos delincuentes se encargaron de mantener a la mujer en el teléfono. Le hicieron pasar los números de serie de cada billete verde. Así hicieron tiempo hasta que llegó "Martín", un hombre trajeado que se equivocó de casa al principio. Un vecino comedido le indicó cual era el domicilio correcto.
El estafador fue invitado a pasar por la dueña de casa, a la que saludó con un beso. "Afortunadamente, no le hizo nada a mi mamá. Pudo pasar cualquier cosa", dijo Maira.
Cuando el hombre se fue con los dólares, la mujer volvió al teléfono. No había cortado, porque su supuesta hija así se lo había indicado. Entonces comenzó a dictarle varios "números de comprobantes", los suficientes como para mantener ocupada a la víctima hasta que su cómplice se diera a la fuga sin inconvenientes.
"Buscamos en cámaras de vecinos, pero todavía no pudimos observar bien el auto en el que llegó y se fue el delincuente. Se llevó bastante plata porque estuve ahorrando por mucho tiempo, pero lo importante es que mi mamá está bien. Ella se siente muy mal por lo ocurrido, pero está bien. Y todavía me sigue repitiendo que era mi voz, mi manera de hablar. Es gente muy hábil", concluyó Maira.