El deceso del hombre de 40 años de edad se produjo en la tarde de este lunes como consecuencia de un cuadro de neumonía bilateral en que derivó el contagio por la también llamada "gripe del loro".
Se trata de una de las dos personas que permanecían internadas en la terapia intensiva del hospital local, luego de que los cuatro integrantes de una familia contrajera la enfermedad tras el fallecimiento del ave que tenían como mascota. La restante continúa en estado reservado.
El deceso del hombre de 40 años de edad se produjo en la tarde de este lunes como consecuencia de un cuadro de neumonía bilateral en que derivó el contagio por la también llamada "gripe del loro".
Fernando Defagot, vecino del barrio Barranquitas de la ciudad de Rafaela, había sido internado junto a otros tres integrantes de su familia, hace tres semanas, tras contraer psitacosis provocada por el loro que tenían como mascota, que falleció por esa enfermedad.
Días después, dos de ellos se retiraron del nosocomio sin complicaciones, pero Defagot y el otro familiar continuaron en estado crítico en la Unidad de Terapia Intensiva.
El caso, causó sorpresa y preocupación en la localidad del oeste santafesino, y tuvo amplia repercusión a nivel nacional.
Según se indicó, todo se habría iniciado cuando uno de los integrantes de la familia afectada encontró al loro en un lugar cercano a la vivienda y decidió llevarlo para adoptarlo como mascota. Poco después el animalito enfermó y tras su deceso comenzaron los contagios.
Luego que la noticia tomó estado público se generó una profunda sensación de inquietud en la población, no solo por lo inusual del caso sino también por la notoria superpoblación y concentración de este tipo de aves que existe en determinadas zonas del casco urbano rafaelino.
La psitacosis es una enfermedad infecciosa aguda y generalizada causada por la Chlamydia psittaci, la cual se transmite a las personas a través de aves enfermas como el mencionado loro, cotorras, papagayos, canarios, jilgueros y palomas. En estos casos, los animales eliminan la bacteria Chlamydia al ambiente a través de secreciones oculares o respiratorias, excrementos secos y polvo de las plumas. Estas secreciones, al secarse, permanecen en el aire y son aspiradas por las personas, que de esta forma se infectan.
Los síntomas que produce son: fiebre, decaimiento, fatiga y cansancio, y puede progresar a cuadros de neumonía grave con complicaciones hepáticas y renales. También pueden aparecer ictericia-cuando la piel se pone amarilla-, esplenomegalia -que es el aumento del bazo- y alteraciones de la percepción. Si bien la enfermedad suele ser leve o moderada, a veces puede ser grave, especialmente en los adultos mayores y ancianos que no reciben tratamiento.