Una familia es culpable del robo de un celular con recuerdos invaluables que no se pueden recuperar
El aparato tenía fotos y videos de Gerónimo Paz, un joven santafesino de 19 años que falleció en 2022. Un hombre fue condenado este lunes. Su esposa y el hijo de ambos lograron la suspensión de juicio a prueba.
Una familia es culpable del robo de un celular con recuerdos invaluables que no se pueden recuperar
Los robos de teléfonos celulares se cuentan diariamente por decenas en la ciudad de Santa Fe. Son delitos habituales y los recursos destinados a las investigaciones no dan abasto. No obstante, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) puso especial foco en uno de estos casos ocurrido el mes pasado, ante la conmoción que causó conocer el contenido del móvil. Así, en pocos días, se logró dar con la familia responsable del hecho y se recuperó el aparato, aunque no el tesoro invaluable que guardaba en su memoria.
La causa se conecta con una tragedia ocurrida el 23 de mayo de 2022, sobre la autopista Brigadier López, a la altura de la localidad de Barrancas. En un accidente de tránsito falleció ese día Gerónimo Paz, un joven santafesino que regresaba a la capital provincial desde Buenos Aires en un auto también ocupado por su novia y los abuelos de ella.
Desde entonces, la madre de "Gero", Elizabeth, decidió utilizar el teléfono de su hijo, donde tenía almacenados fotos y videos de él.
Golpazo
El pasado jueves 18 de abril, la mujer fue a hacer ejercicios con su pareja a la zona del Parque Sur de la ciudad de Santa Fe. Dejaron estacionado el auto en el cruce de calle 1° de Mayo y avenida J.J. Paso. Al regresar, con desesperación, Elizabeth notó que alguien le había robado el celular que guardaba en la guantera. Horas más tarde, grabó un video en el que pedía que le devuelvan el dispositivo, explicando la importancia incalculable que tenía para ella.
En el MPA, el caso caló hondo y la fiscal a cargo, la doctora María Laura Urquiza, inmediatamente dispuso una serie de medidas que encargó a la Policía de Investigaciones.
Los detectives buscaron imágenes en las cámaras de vigilancia de la zona del hecho. Así pudieron ver a un hombre, muy corpulento, que se acercaba al vehículo luego de que sus propietarios se alejaran. El ladrón utilizó algún tipo de dispositivo para abrir la puerta (un inhibidor o una barreta) y sacó de adentro el celular y documentación.
Luego, el delincuente caminó hasta un banco del Parque Sur, donde una mujer tomaba mates. A ella le dio algunas cosas y luego se retiró en dirección al oeste. La señora quedó allí unos minutos más y luego siguió sus pasos.
Los papeles sustraídos aparecieron a unas cuadras. Habían sido descartados. Las imágenes de las cámaras eran nítidas, pero no se podía identificar a las personas. Los investigadores decidieron entonces buscar el teléfono.
La clave
Los investigadores pudieron determinar que el teléfono se encontraba activado, tenía nuevo chip y estaba en manos de alguien que viajaba con frecuencia desde Ceres a la capital provincial.
Se trataba de una estudiante que cursaba en Santa Fe y vivía en la localidad del norte provincial. Los detectives lograron ubicar a su madre. Así llegaron a la joven, que había comprado el teléfono de buena fe a un muchacho que ofrecía productos varios en un sitio de compraventa online.
Los uniformados fueron entonces a buscar al vendedor, quien les contó que había adquirido el teléfono el 20 de abril, o sea dos días después del robo. Se lo había comprado a un joven domiciliado de barrio Fonavi San Jerónimo (Centenario) llamado Jesús Barraza.
La investigación siguió en las redes sociales. En el perfil del sospechoso, se pudo ver que su aspecto físico no coincidía con el del ladrón que aparecía en los videos. No obstante, también se comprobó que vivía junto a sus padres, cuyas características sí eran compatibles con las de las personas de las imágenes.
Atrapados
La fiscal Urquiza solicitó el allanamiento en el domicilio de la familia, que se produjo el viernes pasado. En el inmueble, los policías secuestraron distintos elementos que se ven en los videos: un equipo matero que tenía la mujer, ropa que llevaba puesta el hombre y un par de zapatillas rosadas que ella calzaba.
Este lunes, en una audiencia desarrollada en Tribunales, la funcionaria del MPA les atribuyó a la pareja hurto calificado y al joven estelionato (vender como propio un bien ajeno). Ante el juez, los tres aceptaron su responsabilidad. En el mismo acto, Marcelo Barraza, de 55 años, firmó su consentimiento y fue condenado en un proceso abreviado a la pena de un año de prisión de ejecución efectiva (tenía antecedentes por delitos contra la propiedad). Por su parte, su pareja Luciana Arteaga, de 44 años, y su hijo Jesús Barraza, de 22, lograron la suspensión de juicio a prueba. Entre otras cosas, deberán donar sumas de dinero a una ONG de víctimas de hechos de inseguridad.