El ADN en las cuerdas que sujetaban el cuerpo como una prueba irrefutable
La fiscalía ratificó la importancia de la evidencia científica, que ubica a Sebastián Maschio con intervención directa en el crimen de Cecilia Burgadt. "Es un verdadero psicópata", dijeron las querellantes. La defensa insistió en su inocencia. Los alegatos finales pasaron, se aguarda el dictado de la sentencia.
El ADN en las cuerdas que sujetaban el cuerpo como una prueba irrefutable
Este miércoles, el tribunal que lleva adelante el juicio oral y púbico por el femicidio de la enfermera Cecilia Burgadt, dará a conocer su veredicto. Así lo anunciaron tras la realización de los alegatos finales, en los que fiscalía y querella reclamaron la pena máxima para Sebastián Julio Adán Maschio (52); en tanto que su defensa pidió que lo absuelvan.
Tras una semana de debate, que se cerró el viernes pasado con la declaración del imputado, este lunes 29 de agosto los jueces Gustavo Urdiales -presidente-, Leandro Lazzarini y Pablo Ruiz Staiger escucharon los alegatos finales en los que las partes volcaron los argumentos con los que creen, podrán obtener una condena o una absolución, según el caso.
Al exponer los fiscales Andrés Marchi y Ana Laura Gioria, de la Unidad de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación (MPA), hicieron notar el valor de la prueba científica, expresada en un análisis de ADN sobre las cuerdas con las que el 14 de septiembre de 2019 fue hallada maniatada la mujer de 42 años. Cecilia, que había desaparecido 24 horas antes, yacía sin vida, desnuda y con la cabeza destrozada a golpes, envuelta en una frazada y escondida debajo de muebles y trastos viejos, en un departamento que alquilaba Maschio en 4 de Enero 8941 del barrio Esmeralda Norte.
Todos los caminos...
A ese dato categórico y revelador, los fiscales le sumaron todo el derrotero que permitió, desde un comienzo, señalar al hombre con el que la enfermera de Rincón había mantenido una relación sentimental, pero que a esa altura consideraba un amigo, como quien la esperó a la salida del hospital Cullen y juntos cruzaron toda la ciudad en dirección al sitio donde a solas, le quitó la vida.
Fueron numerosos los testigos que recordaron que aquel viernes 13 de septiembre, la víctima salió del trabajo con la ilusión de ir a buscar el auto que acababa de comprar y del que Maschio se había hecho cargo, tanto del papeleo como de llevarlo al mecánico para ponerlo a punto.
El acusado "reconoce haberla pasado a buscar", dijo el Dr. Marchi al tribunal y agrego que "no podemos ignorar la autoincriminación espontanea que hizo ante el personal de la Agencia de Trata de Personas", cuando dijo que discutieron y que "se me fue la mano". "Todo lleva a la persona de Maschio como autor de la muerte violenta de Cecilia", resumió.
Estafa y violencia
A propósito del auto Volkswagen Golf rojo modelo 96 que había comprado la enfermera, la fiscal Gioria, explicó los motivos por los que creen se produjo una estafa. "El vendedor declaró que en todo momento trató con Maschio, que le dijo que era para su mujer y que a último momento le pidió que lo transfiriera a su nombre", cuando es el propio testigo el que "reconoce que Cecilia le pagó $ 83.000 que sacó de su cartera, en una calle lateral del hospital Cullen".
Luego hizo hincapié en que "quedó demostrado que el femicidio es la concreción de una relación signada por la violencia de género" en la que "Maschio no toleró la decisión de Cecilia de ser solo amigos".
Finalmente la fiscalía reformuló la calificación legal y agregó el agravante de "ensañamiento" al delito de homicidio, que previamente había sido calificado por "el vínculo, por haber sido para ocultar otro delito, y por haberse perpetrado por un hombre contra una mujer mediando violencia de género" y "estafa", todo en carácter de autor, por lo que solicitaron se le imponga a Maschio la pena de prisión perpetua.
Se negó a colaborar
Una mirada similar tuvieron las querellantes Vivian Galeano y Laura Gerard, quienes invocaron a varios de los testigos para justificar la relación que unía a la pareja, así como de la determinación de la mujer de continuar siendo solo amigos.
De hecho, para la querella Cecilia confiaba en Maschio y por eso le encomendó su dinero para la compra del auto. Pero "ella descubrió el ardid" el día que la trasladó a su morada; "se lo reclamó y Maschio respondió con la violencia de siempre".
También dedicaron un párrafo para destacar "la búsqueda casi en soledad" que realizaron sus representadas Diana y Soledad, hijas de la víctima "después de que en la Comisaría de Rincón les negaran dos veces tomarles la denuncia".
"Macabra mecánica"
La querella reafirmó que de todo el entorno de Cecilia, Maschio -su amigo- "fue el único que se negó a colaborar con la búsqueda" porque "no quería tener problemas".
Las abogadas del Centro de Asistencia Judicial (CAJ) de la provincia también plantearon como central que "queda claro que los únicos restos de ADN en las cuerdas son de Maschio" y recordaron el "tratamiento" que le dio al cuerpo una vez cometido el crimen. Las profesionales se refirieron a la "tendencia obsesiva de dominio, control y poder" empleada por el acusado; así como a la "macabra mecánica para tratar de deshacerse del cuerpo".
En síntesis, para la querella "Maschio es un verdadero psicópata" y recalcaron que "no hubo en sus palabras arrepentimiento sincero". "Nunca quiso colaborar con la investigación", cerraron su alegato, también con un pedido de condena a perpetua.
"Otra persona"
Por último, el representante del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (SPPDP), Javier Casco, dijo en favor de su pupilo que "las pruebas no acreditaron la certeza para una sentencia condenatoria" y reflotó "la teoría de que Maschio trasladó a Burgadt para que se encuentre con otra persona".
Hizo valer las declaraciones de los familiares del reo, en especial la de su hija, que aportó una coartada cuando dijo al tribunal que ese viernes a las dos de la tarde su padre la pasó a buscar y la llevó hasta Rincón, y que hasta entrada la noche permaneció en la costa, tomando distancia del lugar del crimen y por supuesto, del cadáver.
El Dr. Casco minimizó la importancia del análisis de ADN diciendo que "en el lugar había objetos que le pertenecían (a Maschio) porque era un depósito" y que por ello podrían haber existido rastros genéticos. También atacó la supuesta confesión de su defendido en sede policial, diciendo que al imputado no se le leyeron los derechos ni le permitieron hablar con un abogado. "No sólo no ratificó en el juicio la autoincriminación, sino que denunció tortura policial", agregó.
Y si bien reconoció que el acusado cuenta con antecedentes penales en el viejo sistema, "no existen causas por violencia de género en contra de Maschio". También rechazó el agravante de "ensañamiento" y pidió "la absolución por el beneficio de la duda" y la inmediata libertad para el detenido.
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