Un taxista que declaró este jueves como testigo en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa escribió un texto dirigido a los ocho rugbiers acusados del ataque, y que intentó sin éxito leer ante el tribunal, en el que les dice que "todavía están a tiempo de mostrar valentía".
Las cuatro páginas de la carta, fueron escritas por el testigo Marcos Acevedo y dirigidas los acusados a Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).
"Hoy estoy acá pero me hubiese gustado no estar, me hubiera gustado por el contrario que Fernando cuente su verdad", dice uno de los párrafos del texto.
Agrega en otro: "Quisiera recordarles a los acusados las acciones que los han traído a estas sillas (..) hoy es tarde para pedir perdón, sí, pero todavía están a tiempo de mostrar valentía y aliviar su alma porque su cuerpo y mente deben estar consumidos. Fue una salvajada. Aún tomados o alcoholizados, todos sabemos que una patada en la cabeza puede costar la vida. Fernando no recibió una, sino varias, y eso lo vi", describió el taxista.
Acevedo ingresó a la sala de audiencias esta tarde para testimoniar acerca de lo que vio la madrugada del 18 de enero de 2020 en la puerta del boliche "Le Brique" de Villa Gesell. Tras sentarse frente a los integrantes del Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Dolores y, una vez que tomó la palabra, les pidió a los jueces unos minutos para leer algo.
Mirá también"Matanza en malón": el término con el que describió Burlando el crimen de Báez SosaLos magistrados le explicaron que él había sido citado solo para declarar, que no podía hacer uso de la palaba para otra cosa y le pidieron a la fiscalía, que fue quien lo citó, que le explicara cómo es la ley al respecto.
Tras ello, Acevedo debió declarar y se retiró de la sala sin poder leer el texto. Durante su testimonio, el taxista recordó que presenció la golpiza a Fernando, que los agresores comenzaron a "pegarle sin mediar palabra" y dijo que gritaban "negro de mierda, ahora que estamos afuera, por qué no me decís lo que me decías adentro".
Además fue el único testigo que miró a la cara a los imputados cuando quedó de pie frente a ellos, a unos tres metros, mientras se exhibían unos videos. "Quería que sintieran la mirada de la sociedad", le dijo a Télam al respecto, aunque ellos "no miraron", agregó.