A casi tres años del crimen, este lunes comenzará el juicio a los ocho jóvenes, conocidos como “rugbiers”, acusados de asesinar a golpes a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche de la ciudad balnearia de Villa Gesell en enero de 2020.
A casi tres años del ataque al joven de 18 años en la puerta de un boliche, los ocho jóvenes acusados serán juzgados desde este lunes en la ciudad de Dolores.
A casi tres años del crimen, este lunes comenzará el juicio a los ocho jóvenes, conocidos como “rugbiers”, acusados de asesinar a golpes a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche de la ciudad balnearia de Villa Gesell en enero de 2020.
El proceso se llevará a cabo en la Ciudad de Dolores en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 a cargo de los magistrados María Clauda Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.
Se prevé que finalice el 31 de enero, aunque existe la posibilidad de que supere ese límite por la gran cantidad de testigos citados en la causa, que alcanzan las 130 personas.
Máximo Pablo Thomsen; Ciro Pertossi; Enzo Comelli; Matías Franco Benicelli; Blas Cinalli; Ayrton Michael Viollaz; Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi están imputados del delito de "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas", y también por "lesiones leves" sufridas por amigos de Fernando que estaban junto a él la madrugada del crimen.
En la causa fueron sobreseídos otros dos jóvenes acusados de ser partícipes necesarios: Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi.
Los diez son oriundos de la localidad bonaerense de Zárate y habían alquilado una casa en Villa Gesell.
Los familiares de Fernando piden la pena máxima de prisión perpetua para los ocho acusados, que actualmente se encuentran detenidos en la Alcaldía Departamental La Plata 3.
Rugbiers: desde un principio, al grupo que atacó a Fernando se los llama de esa forma ya que varios de ellos jugaban al rugby en el Club Náutico Arsenal Zárate, de su ciudad natal.
El crimen ocurrió el sábado 18 de enero en las inmediaciones del boliche Le Brique en pleno centro de Villa Gesell y en medio de una gran oleada de jóvenes que visitan para esa fecha la ciudad balnearia.
Previamente, el grupo de rugbiers y Fernando habían tenido un altercado dentro del local bailable, por lo que intervino la seguridad del lugar y echó a los dos grupos, por separado, pero los primeros fueron en búsqueda de la víctima una vez que ambos estaban en la puerta del boliche.
Según la imputación, por la cual llegan a juicio, Thomsen, Pertossi, Comelli, Benicelli y Cinalli "abordan por detrás a Fernando Báez, aprovechándose de que el mismo estaba de espaldas e indefenso, y de ésta manera actuando sobre seguro, en virtud de la superioridad numérica y física, lo rodean, se abalanzan sobre él y comienzan a propinarle golpes de puño en su rostro y cuerpo" hasta que cae inconsciente y pierde la vida".
El crimen de Fernando quedó grabado de principio a fin por testigos y cámaras de seguridad. También fueron pruebas clave el análisis de los chats y los videos hallados en los celulares de los propios imputados y donde se hallaron mensajes como el Lucas Pertossi anunciándole al resto que Fernando "caducó", o las pericias que encontraron sangre de la víctima en prendas de vestir de alguno de los rugbiers.
Posterior al hecho, los acusados siguieron con su rutina diaria de vacaciones pero fueron detenidos a las pocas horas tras ser identificados.
Una vez detenidos, el grupo de rugbiers aseguraron que el asesino de Báez Sosa había sido Pablo Ventura, un joven que practicaba remo, también oriundo de la localidad de Zárate, pero con quien no tenían relación alguna.
En un primer momento, la fiscal del caso, Verónica Zamboni, puso en duda su testimonio ya que las cámaras de seguridad captaron a un automóvil igual al de la familia de Pablo volviendo de la Costa Atlántica y el joven tenía un pasaje para viajar a Uruguay. Días más tarde, la justicia pudo comprobar que Ventura había estado cenando en un restaurante de su ciudad y que el viaje fuera del país que tenía planeado estaba agendado desde septiembre de 2019.
Después de las ruedas de reconocimiento, en las cuales nadie apuntó contra él, fue sobreseído de la causa. Terminado el peritaje de los teléfonos celulares de los imputados se encontraron varios memes con la cara de Ventura e insultos a su persona.
Finalmente, el padre de Pablo aseguró que su familia procederá legalmente contra los rugbiers por daños y perjuicios.
Fernando José Báez Sosa nació en Buenos Aires el 2 de marzo de 200. Era el único hijo del matrimonio de Silvino Báez, portero del edificio donde residen, y Graciela Sosa, cuidadora de ancianos, ambos inmigrantes paraguayos, originarios de Carapeguá, radicados en la Argentina. La familia Báez Sosa residía en el barrio porteño de Recoleta.
Fernando asistió al colegio Marianistas de Caballito como alumno becado ya que su familia no podía afrontar el costo de la cuota mensual. Después de finalizados sus estudios secundarios comenzó el Ciclo Básico Común en la Universidad de Buenos Aires para la carrera de derecho. Su madre comentó que en varias oportunidades el joven manifestó su admiración por el abogado mediático Fernando Burlando, quien tomó el caso de su asesinato, constituyéndose en la defensa de la familia.
Fernando estaba de novio con Julieta Rossi, con quien estudiaba derecho, y habría cumplido diez meses de relación unos pocos días después de su asesinato.
Luego de su muerte, sus restos fueron velados en el colegio del cual fue alumno y posteriormente inhumado en el cementerio de la Chacarita.