Tras una jornada maratónica, este lunes finalizaron los alegatos de clausura en el juicio oral que se lleva adelante en Reconquista, contra el cura Néstor Monzón, acusado por el abuso sexual de dos menores de edad. Como se adelantó en el inicio del debate, el pasado 5 de diciembre, fiscalía solicitó se imponga una pena de 14 años de cárcel al presbítero; en tanto las querellas privadas elevaron la cifra a 16 años; y la defensa pidió la absolución.
La audiencia comenzó a las 9.30 de este lunes y se extendió -cuarto intermedio mediante- hasta las tres de la tarde. El tribunal, presidido por la jueza Claudia Bressán, junto con sus pares Santiago Banegas y Martín Gauna Chapero, habían dispuesto 40 minutos para cada uno de los oradores por la acusación: el fiscal Alejandro Rodríguez; y los querellantes Luciana González -en representación del papá del niño-; y la dupla técnica compuesta por Andrés Guío y Andrés Ramseyer -por la familia de la nena-. En tanto, para el defensor Ricardo Degoumois, el plazo fue de una hora completa.
Una vez finalizadas las exposiciones declararon los padres de los niños víctimas; lo mismo que el propio imputado Monzón, quien desoyendo la orden de dirigirse al tribunal de juicio, miró a los padres de los niños para decirles que él no había tocado a sus hijos.
En tanto, quienes participaron del acto resaltaron que el cura “se mostró apático a las acusaciones”, en tanto “no hubo gestos de conmoción de su parte, ni siquiera se conmovió con el relato de las víctimas”, que se proyectó a través de las cámaras Gesell.
Una vez concluida la etapa de testimoniales, acusaciones y defensas de clausura, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el miércoles a las tres de la tarde, cuando las partes fueron nuevamente citadas para dar a conocer el veredicto final.
Aunque fue un juicio a puertas cerradas por tratarse de víctimas de delitos sexuales menores de edad, durante los alegatos finales se pudo conocer en resumidas cuentas los argumentos con los que cuenta la acusación para pedir condena de prisión efectiva.
En ese sentido, la querellante Luciana González puso de resalto “la postura que tomó la iglesia”, ya que declararon -relevados del secreto de oficio- el obispo de Reconquista, Ángel José Macín; y quien fuera el juez e instructor del sumario canónico, el doctor en Derecho Canónico Jorge Luis Duarte Paz, conocido en la zona como “Padre Pepi”.
“Es la primera vez que se vio a un arzobispo presentado ante un tribunal secular”, rescató la letrada y relató que Macín “contó cómo fue la causa canónica, cómo se enteró del hecho y cómo fue su voto que se elevó a la Santa Sede” en el que existe “certeza moral de que los hechos se cometieron” y que Monzón “es culpable”. En la misma línea votó el padre Pepi, y otras dos personas que fueron informadas del proceso para que den su veredicto.
No obstante, “las pruebas fundamentales fueron a través de los testimonios de psicólogos que atendieron a los chicos y las cámaras Gesell”, que “en este caso fueron unánimes de que el relato no era falaz y no había inducción”.
Por otra parte, al finalizar su exposición el fiscal Rodríguez hizo un pedido para que se investigue por “falso testimonio” a un psicólogo propuesto por la defensa y a una feligresa, cuya versión de los hechos dista mucho de lo vertido por el resto de los declarantes. Además, acusó al defensor de Monzón de haber adulterado un video de cámara Gesell por lo que podría iniciarse otra causa por “presunto fraude procesal”.