La fiscal de la Cámara Primera en lo Criminal de General Roca, Laura Pérez, pidió hoy la pena de prisión perpetua para Susana Freydoz por el homicidio calificado por el vínculo y agravado por uso de arma de fuego de su marido, el gobernador de Río Negro Carlos Soria.
En tanto, el defensor particular de la imputada, Alberto Ricchieri, solicitó al Tribunal que la declare inimputable en función de una serie de trastornos mentales, además del consumo excesivo de alcohol y psicofármacos de ese día, y que la absuelva.
Ricchieri pidió que, en caso de que no sea absuelta, se consideren las figuras de un homicidio culposo (accidental) o guiado por emoción violenta, lo que podría derivar en una condena de 10 años de prisión.
El primer alegato fue el de la fiscal, que se extendió por casi cuatro horas, en el que descartó el atenuante de emoción violenta, que había sido incluido en el juicio por el perito psiquiátrico oficial, Ricardo Risso.
‘La pareja siempre peleaba como lo hizo esa noche, no hubo nada nuevo, no hubo de Soria nada humillante ni oprobioso que justifique esa emoción en Freydoz, fue lo de siempre‘, sostuvo.
También pidió al tribunal la ‘inmediata detención‘ de la mujer luego de una eventual condena, aún cuando no esté firme, ya que desde el homicidio de Soria, del 1 de enero pasado, es custodiada por la policía pero sin prisión preventiva.
Luego de citar extractos de testimoniales, la fiscal resumió el momento del desenlace: ‘Freydoz salió detrás de Soria a la habitación matrimonial, cerró con un portazo, discutió con su marido, y le disparó‘, afirmó segundos antes de pedir la pena.
‘No sabemos si Soria estaba dormido, probablemente tenía los ojos cerrados y contestaba las recriminaciones de su mujer en automático, como siempre. Freydoz le dijo: ‘me voy a matar‘, pero alzó el revolver, lo dirigió a la cabeza de Soria, lo amartilló y disparó. Tal vez pensó en suicidarse inmediatamente‘, describió.
Pérez también rechazó con argumentos minuciosos la suma de trastornos psíquicos que el perito de parte, Carlos Cornaglia, le había atribuido a Freydoz (psicosis, esquizofrenia, delirios, etc) y en algunos casos los consideró contradictorios.
Consideró que las peleas del matrimonio, la hostilidad que nunca llegó a violencia física, pasó a ser normal. Incluso consideró que la sospecha de infidelidad de Soria y su obsesión celosa, tenía una base real, al menos en uno de los casos nombrados.
Por su parte, Ricchieri basó el pedido de inimputabilidad en una supuesta ‘enajenación‘ absoluta de su defendida al momento de matar a Soria, en un accionar ‘patológico‘, al que definió como ‘acto crepuscular‘.
‘Ingresó a la habitación para suicidarse, y le dijo al marido: ‘Vas a hacer que me mate‘. Eso fue oído por su hija -María Emilia-, quien inmediatamente oyó el disparo‘, describió, considerando que en los cinco minutos que duró ese momento, la imputada cambió el curso de su acción y mató a Soria.
Ricchieri fue enfático al tratar de desacreditar el trabajo de los peritos en la escena del crimen y fustigó a los forenses que hicieron la autopsia, calificándola de ‘desastroza‘, con prácticas ‘tendientes a cubrir su ineptitud‘.
Además, cuestionó a los médicos y enfermeros que intentaron reanimar a la víctima y que al determinar que ya no había nada que hacer, suspendieron las maniobras.
Dijo que la contaminación de la escena, las ‘numerosas omisiones‘, las malas maniobras y determinación del deceso, y el ‘borrado‘ de pistas, contribuyeron a evitar la determinación de una ‘concausa‘ de muerte, con responsabilidad de otras personas.
También respondió a la fiscal en cuanto a la ‘normalidad‘ de las peleas y la vida de la familia Soria, al afirmar que el crimen fue el epílogo de un proceso ‘patológico‘ plagado de ‘anormalidad‘.
Por primera vez desde que comenzó el juicio, el 15 de octubre, Freydoz presenció la audiencia completa, con ambos alegatos, ya que sólo se había presentado en el inicio del debate y se retiró cuando comenzaron las testimoniales.
Hoy la mujer escuchó a la fiscal sin levantar la vista de la mesa ni dejar traslucir emoción alguna, en cambio, cuando comenzó a alegar su abogado, en tramos que hicieron referencia directa al crimen y a los hijos, no pudo contener las lágrimas, que secaba con pañuelos de papel.
Ante la invitación del presidente del tribunal, Carlos Gauna Kroeger, Freydoz no quiso declarar.
El juez le indicó que sería trasladada nuevamente a Salud Mental del hospital de Cipolletti, donde vive bajo custodia policial pero sin prisión preventiva desde principios de febrero, y fijó la lectura de sentencia para el martes 20 de noviembre, a las 18.
Soria fue asesinado de un tiro en la cara el primero de enero a las 4 de la madrugada, luego de la reunión familiar de Fin de Año, en la chacra del matrimonio en Paso Córdoba, en las afueras de General Roca.
Télam