Los integrantes de la policía de la provincia -de la Unidad Regional VII- lograron detener a Martín Lanatta.
Joaquín Figaldo
El decimotercer día de búsqueda de los evadidos de la cárcel de máxima seguridad de General Alvear, en la provincia de Buenos Aires, comenzaba con una sorpresa. Finalmente, se conocía cómo los evadidos habían logrado burlar los controles del día jueves luego de que hirieran a dos gendarmes en la zona de San Carlos Sud y de Matilde. Y la historia tenía un correlato en el centro de Santa Fe.
La historia, brevemente explicada, es así. Esta mañana el ingeniero agrónomo Juan Ignacio Reynoso pudo asomarse al balcón de su departamento y pedir auxilio a los empleados del Súper Alvear que ingresaban a trabajar. Alcanzó a arrojar las llaves de su departamento y pudo ser asistido. Lo que narró parecía una historia increíble: había estado secuestrado más de 60 horas por los prófugos más buscados del país en su vivienda de San Jerónimo al 3100.
Ocurrió que el jueves por la mañana, mientras transitaba con su camioneta por la zona de San Carlos Centro fue abordado por los prófugos del triple crimen, quienes lo redujeron y juntos, volvieron a su casa en San Jerónimo al 3100. Allí, sin quererlo, los evadidos encontraron un lugar ideal: el departamento de un hombre joven, que vivía solo y que salía a trabajar al interior y que no era extraño que se demorase en sus viajes.
Los Lanatta y Schillaci estuvieron allí, mirando por televisión cómo se los buscaba por diversas zonas del departamento Las Colonias y de La Capital. Finalmente, decidieron continuar con su raid hacia el norte del país por la Ruta 1 y dejaron algo maltrecho al joven ingeniero en el interior de su departamento.
En el lugar, se montó un gran despliegue de peritos y expertos de diferentes fuerzas que comenzaron a revisar el departamento buscando datos e indicios sobre los hechos descriptos y saber cómo se habían manejado Christian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci.
Otra línea
En paralelo, había ocurrido un hecho que movilizó las fuerzas que estaban detrás de los evadidos.
Alrededor de la una y treinta de la madrugada una camioneta blanca -ploteada como Gendarmería pero sin balizas- cruzó el control de Arroyo Leyes sin detenerse ni identificarse. Los agentes que hacían el retén en el lugar informaron de la novedad al control de Santa Rosa de Calchines, y éstos se comprometieron a detener e identificar al supuesto vehículo al servicio de la fuerza de seguridad nacional.
Cuando los efectivos de Santa Rosa le indican a la camioneta que detenga su marcha, ésta elude el control y se da a la fuga. Inmediatamente, se da aviso a las autoridades para ir detrás del vehículo. Los evadidos siguieron -ya con la conciencia de que eran buscados por las fuerzas de seguridad de todo el país- por la Ruta 1 e intentaron una maniobra de evasión a la altura de Campo del Medio en una zona llamada Curva de López. En ese lugar, doblaron hacia el oeste y siguieron unos 500 ó 600 metros pero, en una maniobra, al pretender doblar, la camioneta tumba y queda ruedas arriba en una zanja.
Los tres hombres, lejos de detenerse en su loca carrera, logran hacerse de otra camioneta del mismo tipo -marca Hilux-, propiedad de un puestero que es maniatado por los prófugos. Con el nuevo vehículo toman la Ruta 62 -que une las Rutas Provincial 1 con la Nacional 11- pero a poco de andar los detiene el camino anegado. Allí, maniobran para intentar tomar un camino secundario pero pick-up queda empantanada.
Comienza una fuga a pie y esto habría sido observado por un grupo de arrieros que movían hacienda por la crecida y que habrían sido los que dieron aviso a las autoridades.
En algún punto, Martín Lanatta que habría quedado muy golpeado por el vuelco, se separa del grupo y es el primero que logra ser detenido por las fuerzas de la policía de la provincia junto con las TOE.
Desde ese momento, varios helicópteros, móviles y una gran cantidad de efectivos se concentraron en la comisaría de Cayastá donde estaba detenido Martín Lanatta mientras que efectivos de las TOE -con la precaución de buscar a evadidos que ya habían herido a dos policías bonaerenses y dos gendarmes- se dedicaban a “peinar” bañados y arrozales donde tenían la certeza que era el lugar elegido por los evadidos para continuar con su fuga.
Pasadas las 14, los otros dos evadidos eran intensamente buscados y, según las estimaciones, era inminente su detención.
Felicitaciones
La vicepresidenta Gabriela Michetti felicitó hoy públicamente a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, a los funcionarios de Seguridad nacionales y provinciales, y a la Policía de Santa Fe por la captura de los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez, a 13 días de su fuga.
“Acabo de hablar con la gobernadora de la provincia de Buenos Aires para transmitirle mis felicitaciones y mi admiración por haber capturado a los prófugos”, resaltó Michetti a través de su cuenta en la red social Twitter, tras el arresto de los hermanos Martín y Christian Lanatta, y Víctor Schillaci.
La vicepresidente fue la primera funcionaria nacional de más alto rango en celebrar la captura de los prófugos y aseguró que “es muy importante que en nuestro país por fin se comience a trabajar en serio para combatir el narcotráfico”.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, felicitó hoy a la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich; a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal y a su ministro de seguridad, Cristian Ritondo, por la recaptura de los prófugos condenados por el triple crimen de General Rodríguez y aseguró que el gobierno nacional seguirá “trabajando para terminar con el narcotráfico en la Argentina”.
A través de su cuenta de Twitter, Peña felicitó a los funcionarios “por el profesionalismo y el trabajo en equipo” y también “al gobierno de Santa Fe y su Policía por el trabajo en conjunto”.
“Seguiremos trabajando para terminar con el narcotráfico en la Argentina. No va a ser de un día para el otro, pero juntos vamos a lograrlo”, destacó el jefe de Gabinete.
“¡Queremos la camioneta!”
“Bajá el arma si no te matamos”, le ordenaron a Ferreyra, un vecino de Campo del Medio al que esta madrugada le golpearon la puerta de su casa bajo la consigna “Abra policía”. El hombre, alertado de que los prófugos más famosos del país podían estar en cualquier parte abrió la puerta con su escopeta montada, pero no tuvo tiempo a nada. “¡Queremos la camioneta!” le ordenaron.
El relato pertenece al presidente comunal de Cayastá, Mario Lartiga, quien relató a El Litoral de qué manera se hicieron de un nuevo vehículo, en este caso una camioneta Toyota Hilux de cabina simple, con la que retomaron la huida por zona de campo, pero volvieron a quedar varados al meterse en una zanja.
“Venían dispuestos a agarrar un vehículo y encontraron a este muchacho que tenía la camioneta”, explicó Lartiga. “Al tipo le golpean la puerta como si fueran de Gendarmería o Policía y cuando sale con la escopeta en la mano le dicen bajá el arma si no te matamos. Queremos la camioneta”.
En un primer momento, el hombre intenta dialogar y le pide que “no se la lleven” y les ofrece plata, pero le dicen no, “plata tenemos, queremos la llave” y le mostraron varios fajos de dinero.
Lo redujeron, “lo ataron, le sacaron el celular” y lo dejaron en su casa. La víctima “demoró una y media hasta que se pudo desatar y venir a la comisaría” de Campo del Medio a pedir auxilio.
Claro que “la suerte no los ayudó, porque metieron la camioneta de punta en una zanja. En el apuro por disparar no midieron las consecuencias, creo que ni la vida de ellos le importaba”, sostuvo el presidente comunal.
La deducción de Lartiga es clara “era muy difícil escapar”, porque “está el río de un lado”, al este; y al oeste están “las arroceras y las cañadas”, donde hasta el cierre de esta edición efectivos de la policía santafesina tenían cercados a dos de los evadidos.
Control de detención
Funcionarios del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal de Santa Fe se entrevistaron con el único detenido, Martín Lanatta, que pasado este mediodía se encontraba alojado en la comisaría de Cayastá. “Está golpeado”, confirmó el defensor público Leandro Miró, quien acudió al lugar para realizar el control de detención de los prófugos junto a su colega Magalí Mazza y la abogada Sandra Müller. Los golpes fueron atribuidos al vuelco sufrido horas antes, por lo que fue revisado por un médico del Samco local y le fueron suministrados antibióticos