Camila Gómez tiene 23 años y desde hace poco más de cuatro meses se desempeña como asistente arbitral en la Liga Infantil de los Barrios, en la que compiten numerosos clubes de la ciudad de Santa Fe. Es su "salida laboral", la que le permite llevarse unos pesos a su casa cada fin de semana. Este domingo, en una cancha, ella fue blanco de una brutal agresión que la dejó nocaut en todo sentido y que pudo terminar en tragedia.
Todo ocurrió en el predio del Club Cebollitas, en barrio Loyola Sur de la capital provincial, donde los locales enfrentaban al Club Centenario. "La jornada comenzó temprano por la mañana, con el partido de la primera", recordó la joven, que tomó algunos cursos para poder cumplir su función.
"La gente estaba muy agresiva contra el árbitro. Ante cualquier cobro eran gritos e insultos. Le quisieron pegar al referí, pero él siguió para que los más chicos no se queden sin jugar y así fue. Al final le tocó el turno a la categoría 2005. El partido estaba 0 a 0 y el árbitro le cobró una falta y le sacó amarilla a un chico, por mi indicación. Entonces me vivieron a insultar. No le di importancia y me fui para otro lado", relató Camila.
"Terminando el segundo tiempo -continuó- se le cobró un penal al mismo jugador. Cuando finalizó el encuentro, comencé a caminar para el lado en el que estaban mis compañeros. En ese momento, este chico me dice desde atrás: 'Todo esto es por tu culpa'. Cuando me quiero dar vuelta, reacciona con una piña en la cara y me caigo. Me quise levantar pero me dio una patada en las costillas y después otras tres en la cabeza. Quedé tirada inconsciente".
Varias personas llamaron una ambulancia, que demoró unos diez minutos en llegar y otros tanto en llevar a la joven hasta el Hospital Iturraspe. Mientras tanto, el agresor escapó del lugar cuando llegó el primer patrullero.
Camila fue sometida a diversos estudios y los médicos comprobaron que tenía un fuerte traumatismo de cráneo, con un hematoma importante. El grave incidente pudo terminar en tragedia, pero afortunadamente la joven fue dada de alta horas más tarde, aunque los médicos quieren seguir de cerca su evolución.
Mirá tambiénVideo: golpearon a un árbitro por perder la final en un torneo de fútbol en Córdoba"Fue horrible, porque no me lo esperaba. No pude hacer nada. No hay seguridad en la liga barrial, que se disputa desde hace casi una década", dijo.
Finalmente, al ser consultada sobre su futuro señaló que por el momento no va a seguir dirigiendo. "Mi cuerpo no está en condiciones. A veces pienso y me dan ganas, porque era mi único trabajo, la única plata que podía traer a casa. Era mi salida laboral, pero tengo miedo", reconoció.
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