Un conductor de General Roca se habría convertido en el borracho al volante más ebrio del mundo, luego de que el alcoholímetro con el que le realizaron el test marcó una cifra increíble: 6,26 g/l.
El caso se dio a conocer en la noche de lunes, cuando un conductor iba en contramano y casi atropella a una nena que paseaba. El test marcó una cifra increíble: 6,26 g/l.
Un conductor de General Roca se habría convertido en el borracho al volante más ebrio del mundo, luego de que el alcoholímetro con el que le realizaron el test marcó una cifra increíble: 6,26 g/l.
Como si fuera poco, casi mata a una nena de 7 años luego de quedarse dormido y conducir en contramano durante varias cuadras.
El hecho por el cual se dio con el conductor en cuestión, un hombre de más de 60 años, ocurrió en la noche del lunes, alrededor de las 22, en la zona de la intersección entre las calles 9 de Julio y Rosario de Santa Fe.
En ese momento, una familia, una pareja y dos menores de edad, caminaba por el área parquizada -a los costados de las vías- cuando sin que se lo esperaran, una vieja camioneta Volkswagen Saveiro, que circulaba en contramano por Rosario de Santa Fe, apareció de sorpresa, subiéndose a la vereda y pasando a sólo centímetros de una nena de siete años.
Pese a la conmoción de lo ocurrido, la pareja reaccionó rápidamente y evitó que el conductor se escapara, hasta que llegó la Policía y personal de Tránsito municipal.
"Casi mata a mi hija mayor. Nosotros retuvimos al hombre que quería escapar", aseguró la mujer que retuvo al hombre y luego agregó: "Es un señor de 60 años, no tenía ni carnet, ni seguro ni nada. Dijo que no recordaba nada, que se había quedado dormido en Villegas y Rosario de Santa Fe, a unas cuatro cuadras de donde fue el hecho".
Con esta información, y ya sabiendo que se trataba de un caso de un borracho al volante, la sorpresa invadió a absolutamente todos los presentes en el operativo, cuando el alcoholímetro arrojó un resultado de 6,26 g/l, una cifra que supera máximo detectable por este tipo de artefactos.
"Si el valor no era 6,26 y es un problema del aparato, de todos modos está clarísimo que el sujeto estaba completamente ebrio, porque superó los parámetros máximos que puede medir el artefacto", reveló un especialista en la materia, a ese medio local.
A pesar de estas circunstancias gravísimas, el hombre no fue detenido y Tránsito le secuestró el vehículo.
Desde hace algunos meses, los argentinos vienen siendo noticia mundial por haber -supuestamente- superado el récord de alcoholemia marcado por un vasco allá por el 2016, cuando se supo que conducía con 4,75 gramos de alcohol en sangre.
El primero de los casos fue el de un conductor de Pilar, quien chocó contra una columna de luz en Necochea, en la Costa Atlántica bonaerense, y cuando le hicieron el test de alcoholemia registró una cifra de 5,5 gramos. En tanto que un segundo ocurrió en Plottier, cuando un joven cayó con su auto en un canal de riego, y al realizarle el test se supo que tenía 5,79 g/l.
Sin embargo, en ambos casos rápidamente se puso en duda la medición, ya que algunos expertos afirman que si una persona supera los 3 gramos de alcohol en sangre, se encuentra al borde del coma etílico, inconsciente e incapacitado para poder estar conduciendo.
En este sentido, respecto de lo ocurrido en Necochea, se habló de que el alcoholímetro se encontrara mal calibrado, o bien que se haya utilizado de forma incorrecta. Según los especialistas de Buenos Aires, si este instrumento no se encuentra calibrado de forma correcta, podría perder su precisión.
En cuanto al hecho que tuvo lugar en Plottier, el comisario inspector Julio Lincoleo, coordinador de Tránsito de Neuquén desmintió que se haya tomado esa cifra y aseguró que los instrumentos que se usan no superan la marca de los 3 g/l. “El máximo que tiene nuestro destilómetro es 3 grados de alcohol en sangre, cuando pasa ese número solo nos marca que es superior a 3. No sabemos de dónde salió la información de los 5 grados”, confió en esa oportunidad.