Jueves 25.7.2019
/Última actualización 23:31
Tres gestos hizo Carlos Baldomir cuando al ingresar a la sala de juicio le sacaron las esposas. Fue este jueves, a primera hora de la mañana, en la previa de lo que iba a ser el debate oral y público -finalmente fue sin público- por presuntos delitos contra la integridad sexual de una de sus hijas, cuando ésta era menor de edad.
Primero levantó su mano derecha para dedicar un “fuck you” (que puede traducirse como “vete al carajo”) al pelotón de cámaras y grabadores que registraron su llegada. Después se llevó el índice a la boca como diciendo “después vamos a hablar” y luego comenzó a apuntar, seguramente a aquellas caras conocidas de la prensa local; para finalmente cuadrarse en pose de luchador. Eso fue todo lo que pudieron registrar los medios, antes de que la presidenta del tribunal, Susana Luna, informara que el debate iba a ser a puertas cerradas.
El ex campeón mundial de boxeo, que se encuentra detenido desde hace dos años y ocho meses, está acusado de “abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual gravemente ultrajante”, en ambos casos calificado por ser el imputado ascendiente de la víctima; por la convivencia preexistente con la niña; y por tratarse de una menor de 18 años. Además, se le atribuye la figura de “promoción a la corrupción de menores”.
Flavio Raina
El “Tata”, como se lo conoce al púgil de 48 años, fue detenido el 18 de noviembre de 2016 en su casa de la ciudad de Junín (Buenos Aires), donde estaba radicado desde hacía un tiempo y había formado una nueva familia. Menos de un mes antes, el 29 de octubre, su ex esposa lo denunció por el abuso sexual de su hija menor, ante el Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar y Sexual de la Unidad Regional Uno.
Desde entonces, Baldomir atravesó un largo derrotero judicial que este jueves lo puso nuevamente frente a las cámaras y de cara a un juicio oral en el que se develará si es inocente o culpable de los delitos que se le endilgan. Según la agenda de juicio establecida por la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) y difundida esta semana por el órgano de Prensa de la Corte provincial, el juicio se desarrollará en la Sala 1 del subsuelo de los Tribunales de Santa Fe, donde entre jueves y viernes se realizarán alegatos de apertura y producción de pruebas (estaban citados 14 testigos); los alegatos finales serán el lunes 29 de julio de 9 a 12; mientras que la lectura del pronunciamiento del tribunal se llevará a cabo el día miércoles 31 de julio a las 11 de la mañana.
La dirección del debate se encuentra a cargo del tribunal pluripersonal que preside la Dra. Luna a quien acompañan los jueves Rodolfo Mingarini y Pablo Busaniche. En tanto el bloque acusatorio lo representan los fiscales de la Unidad Gefas (de Violencia Género, Familiar y Sexual) del MPA, Alejandra Del Río Ayala y Federico Grimberg; junto a los querellantes, Alejandro Otte y Sebastián Oroño (en representación de la madre de la víctima). La defensa del boxeador se encuentra a cargo de los abogados particulares Martín Durando y Gonzalo Fuente.
Flavio Raina
Si bien la investigación fiscal fue iniciada por los fiscales Omar De Pedro y María Lucila Nuzzo, que fueron los encargados de ordenar la detención y solicitar luego la prisión preventiva para Baldomir, luego la causa fue derivada a la Unidad Fiscal Especial Gefas a cargo de Grimberg y Del Río Ayala, quienes presentaron acusación y pedido de pena de 20 años de cárcel, al que se plegó la querella.
Fueron justamente los fiscales Gimberg y Del Río Ayala quienes confirmaron, antes de entrar a la sala, que “se investigaron abusos cometidos en perjuicio de la propia hija del acusado. Los ilícitos comenzaron cuando la víctima estaba en edad escolar y se reiteraron en múltiples oportunidades”. Y agregaron que “algunas de las agresiones sexuales fueron perpetradas en el domicilio familiar que compartían la víctima y el acusado, y en el que también vivían los hermanos de la niña y la madre, que era pareja de Baldomir”. Puntualmente, los hechos fueron ubicados en las ciudades de Santa Fe y Junín en los veranos de 2012, 2013 y un episodio ocurrido en febrero de 2014 en Sauce Viejo, cuando la víctima tenía entre 8 y 9 años de edad.
Consultada sobre si el secuestro de un celular el viernes, en la celda del pabellón 9 de Las Flores, donde reside Carlos Baldomir, podría agravar su situación legal, la fiscal Alejandra Del Río Ayala contestó que “eso dependerá del tribunal”. A propósito del contenido de los mensajes hallados -hubo versiones que indicaban que Baldomir se comunicó con testigos- “eso no lo puedo decir, porque va a ser materia del debate”. También señaló que “los teléfonos (además se secuestró otro aparato en un domicilio) fueron peritados, pero no puedo dar a conocer el resultado porque va a ser objeto del juicio también”.
Por último, aclaró que la entrevista en cámara Gesell realizada a la víctima “no es la prueba principal ni la única”, ya que “hay otras pruebas que son muy importantes, no sé si decir que hasta más importantes”. No obstante, “el testimonio de la víctima a mi criterio es contundente, pero no sólo surge de la cámara Gesell”.