Juliano Salierno
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El tribunal pluripersonal del juicio oral declaró culpable al único acusado por el homicidio.
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“Es lo que se merece un delincuente de estas características, que no tiene reparos en matar; para el que la vida no tiene valor, ni la suya ni la de los demás”, declaró Graciela Carande a la salida del juicio oral, en el que Raúl Alberto Sandoval acababa de ser condenado a prisión perpetua por el crimen de su marido, el comerciante de 54 años, Sergio Antonio Carande.
“La sociedad tiene un delincuente menos en las calles, se le dio perpetua como se había pedido y eso es importante, porque se hizo justicia por Sergio Carande. Aunque no me lo devuelvan se hizo justicia”, remarcó entre lágrimas la viuda.
Un minuto antes de enfrentar a las cámaras, los familiares de la víctima tuvieron un último cruce con el convicto, que golpeó la mesa a la que estaba sentado, y mirándolos a los ojos les prometió venganza: “Me las van a pagar” les dijo apuntándoles con el dedo en alto.
Los destinatarios de la agresión no replicaron y se retiraron de la sala en silencio, con una confusa mezcla de sensaciones. “Dentro del enorme dolor, tengo la satisfacción de haber conseguido lo que realmente se merece: condena a perpetua. Y ojalá que la condena a perpetua sea completa y no que salga a los 25 años”, pidió Graciela Carande.
En apelación
El tribunal pluripersonal compuesto por los jueces Norberto Nisnevich -presidente-, María Amalia Mascheroni y Enrique Álvarez, impuso por unanimidad la pena máxima al presidiario de 37 años, el cual además fue declarado reincidente por segunda vez. Sandoval fue condenado como autor penalmente responsable de los delitos de “robo agravado por el empleo de arma de fuego en grado de tentativa” y “homicidio agravado por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito”.
Asimismo, los jueces rechazaron dos planteos de nulidad formulados por el abogado defensor, Héctor Tallarico, que cuestionó tanto la constitución de la parte querellante como el acta de declaración indagatoria del 20 de noviembre de 2013. Por último, se ordenó remitir copia de las actuaciones a la Oficina de Causas con Imputados no Individualizados (Oficina de NN), para continuar la investigación en cuanto a los tres cómplices, cuyas identidades se desconocen y por ende no fueron parte del debate oral.
A propósito del fallo, el abogado Tallarico hizo reserva de apelación, que podrá interponerse una vez que se conozcan los fundamentos, que estarán disponibles a las partes el próximo viernes.
Testigo directo
El debate oral comenzó el lunes pasado en la Sala N° 6 del primer piso de tribunales. En esa jornada se produjeron dos testimonios claves. Primero el acusado, que pidió la palabra, se declaró inocente, pero no esgrimió motivos valederos que lo alejaran del lugar de los hechos. Sandoval fingió ser una víctima, tanto del sistema carcelario, al que definió como “la selva”; como del sistema judicial en general que “sin pruebas” lo llevó a juicio.
Esa misma tarde, Ivón Valeria Carande, hija del comerciante asesinado, relató cómo ocurrieron los hechos el 18 de junio de 2013, cuando Sandoval junto con otro sujeto ingresó al Autoservicio Calchines, le apuntó con un arma y le exigió la plata de la caja registradora.
Allí mismo, su padre se trabó en lucha con el delincuente, hasta que recibió un disparo en el abdomen que lo dejó malherido, y los asaltantes emprendieron la fuga sin lograr su cometido.
La hija de Carande fue categórica en cuanto a la identificación de Sandoval, al que reconoció en rueda de personas durante la instrucción y volvió a señalar en la sala.
Alegatos finales
Siete testigos en total pasaron frente al estrado entre lunes y martes. En la primera jornada asistieron también Walter Carande, que estaba en el fondo del comercio cuando ejecutaron a su padre; y un trabajador que observó cuando los dos delincuentes fugaron del comercio y llamó a la policía.
El martes declararon cuatro policías, dos de ellos personal de calle de la Sección Seguridad Personal -José Quiroga y José Eduardo Loza-; el entonces jefe de la Sección Homicidios de la URI -Carlos Honorat-; y un profesional de la Policía Científica -Alejandro Pinto-. Luego el juicio pasó a cuarto intermedio, hasta el jueves que fueron los alegatos de clausura, donde tanto el fiscal Jorge Andrés, como el abogado querellante, Mauricio Frois Federik solicitaron la pena de prisión perpetua.
Esta mañana, el fiscal Andrés destacó el valor probatorio asignado al testimonio de la hija de Carande “que frente al tribunal ratificó sus declaraciones y reconoció al acusado como el que le había disparado a su padre”.
El recuerdo de un buen vecino
“La familia está muy emocionada, porque estuvimos peleando mucho por esto. Yo nací y me crié a una cuadra, conozco a la familia Carande, lo conocía a Sergio, era un gran vecino, fue un hecho que afectó mucho a barrio Candioti”, dijo esta mañana el abogado querellante Mauricio Frois Federik.
El letrado se mostró satisfecho por el fallo, atento a que su planteo aludía a “que la calificación que agravaba el homicidio refería a la convicción impulsiva de Sandoval, que había dado muerte ante la frustración y la rabia de no haber podido cometer el otro delito, ése es un agravante difícil de acreditar pero se logró”. “Realmente estoy muy satisfecho porque el tribunal tomó la calificante de esta parte”, reiteró.
Por último, el querellante se refirió al exabrupto del preso, cuya actitud “me llamó poderosamente la atención, incluso apuntándole con el dedo como si tuviese un arma a Graciela Carande, es una barbaridad. Ha quedado en evidencia que su enemistad con la sociedad sigue intacta”, cerró.