Hagar Blau Makaroff
La justicia absolvió por el beneficio de la duda a Priscila Denoya, con quien mantenía una disputa por las visitas a la hija en común. Caio Soso, pareja de la mujer en el momento del crimen, y Maximiliano Panero, el sicario contratado, fueron condenados a 20 años de prisión efectiva por homicidio triplemente calificado.
Hagar Blau Makaroff
En un Centro de Justicia Penal colmado de familiares y allegados, terminó el juicio oral contra las tres personas acusadas por el asesinato del joven Marcos Guenchul, hace casi tres años, a la salida de su gimnasio en calle Mendoza al 4900 en la ciudad de Rosario. Y por la sentencia dividida, donde una fue absuelta y las otras dos condenadas, hubo disturbios en la salida, donde allegados a la familia de la víctima increparon al padre de la primera.
El tribunal integrado por los jueces Facundo Becerra, Mariano Aliau y Carlos Leiva condenó como autor material a Maximiliano Panero, y a Caio Soso como instigador y partícipe, ambos a la pena de 20 años de prisión por homicidio triplemente calificado con arma de fuego con dolo eventual.
En cambio, a Priscila Denoya, madre de una hija en común con Guenchul, el tribunal la absolvió en fallo dividido por el beneficio de la duda. "Este tribunal no arribó a la certeza de que ella haya sido partícipe del delito aquí juzgado, pero sí que haya incurrido en encubrimiento grave, aunque los indicios no son suficientes para demostrar su participación", dice el fallo consensuado entre Becerra y Aliau. Así, descartaron que la ex pareja de la víctima haya tenido intención homicida para con el joven personal trainer, y por eso la absolvieron.
El juez Leiva votó en disenso porque él sí consideró que Denoya instigó el crimen de Guenchul. En su opinión, él la habría condenado a 20 años de prisión, aunque domiciliaria, para que pudiera cuidar de sus hijas.
El fiscal Adrián Spelta aseguró que le llama "poderosamente la atención un voto tan dispar entre los jueces, que dos absuelvan y uno quiera 20 años de domiciliaria", y confirmó junto a la fiscal Gisela Paolicelli que apelarán la sentencia.
El malestar se convirtió más tarde en disturbios entre allegados a Guenchul y el padre de Priscila, Omar Denoya, quien salió del Centro de Justicia caminando en medio de la gente que acompañaba a la familia del fallecido. Allí le gritaron "asesino" y algunos improperios. El hombre se quedó sacando la bandera que había colgado que rezaba "Priscila es inocente" y alguien lo golpeó en la nuca. Afortunadamente los disturbios no pasaron a mayores.
A partir de su absolución la mujer será liberada para retornar su vida junto a su familia. Su padre, Omar Denoya dijo a los medios que al imputarla y dejarla en prisión todo este tiempo "se violó la presunción de inocencia de una persona", mientras que la madre luego dijo que "la acusación de la familia de Guenchul y de los medios como asesina no se la borrarán más a ella".
En tanto que la familia Guenchul confirmó que apelará junto a la Fiscalía esta sentencia con la postura del juez Leiva como herramienta para reclamar la revisión de su situación penal. El abogado de la querella Leonardo Botta adelantó: "Esperamos los fundamentos del Tribunal que llevaron a determinar que no es un homicidio calificado sino solo agravado por el arma de fuego, y el criterio que tomaron al momento de pensar la pena que es poco más del mínimo para ese tipo de delitos". Según su apreciación, este fallo "sorprende a la comunidad entera".
Marcela Ontiveros, madre de Guenchul y querellante, aseguró a la prensa luego del fallo: "Estamos muy disconformes y vamos a apelar. Nunca pensé que pasaría esto, es lamentable que no tengamos una buena Justicia. Por supuesto que ella sabía del plan contra Marcos, de otra forma no se explica por qué ellos dos después de matarlo terminaron en su casa. Las antenas mostraron que los celulares de los tres estaban juntos".
Botta precisó a Mirador que Ontiveros no esperaba la absolución, aunque sí una morigeración a 10 o 15 años de la pena para Denoya, y por eso el estupor. "La sentencia deja un sabor amargo y una sorpresa porque no esperaba esto. Estaba demostrado que hubo participación de Denoya, y absolverla a estas alturas es una decisión arbitraria, y se ve a las claras la disidencia de Leiva que pedía su condena para los mismos años que Soso y Panero".
El fiscal de la causa Adrián Spelta precisó en sintonía: "Lo que sorprende es que no hayan recepcionado la prueba de la promesa remuneratoria que entendió la Fiscalía que existía. Se comprobó que después del hecho fueron a la casa de Denoya –ella misma lo reconoció- y ella llevo a Panero a Villa Gobernador Gálvez".
Paolicelli recordó que "Soso en su declaración trató de despegar a Priscila Denoya y convencer al tribunal que él tenía su propia motivación –que Guenchul ejercía violencia de género sobre su pareja- y que ella ni siquiera tenía conocimiento de lo que ellos iban a hacer. Creemos que con evidencia pudimos desvirtuar eso pero dos de los tres jueces no lo consideraron de esa manera".
La disputa por visitas a la hija y el asesinato
Marcos Guenchul era un personal trainer de barrio Echesortu en Rosario, quien en julio de 2019 consiguió el régimen de visitas a su nena de tres años tras varios meses sin verla. El día del reencuentro iba a ser el 25 de ese mes, pero dos días antes fue asesinado de un tiro en la cabeza por el sicario contratado, Maximiliano Panero, cuando salió de dar clases en su gimnasio Progress Fitness, en Mendoza al 4900. Fue abordado a punta de pistola por el homicida, quien lo obligó a doblar hacia Sucre y caminar unos 30 metros antes de efectuarle dos disparos a quemarropa y escapar en el Peugeot 208 propiedad de "Caio" Soso.
Todo esto fue constatado por cámaras de seguridad privadas y públicas de la zona. Falleció el día siguiente en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. El auto sería encontrado dos días después en una cochera, y Soso fue detenido en el aeropuerto de Ezeiza cuando estaba punto de tomar un vuelo para fugarse al Líbano.
Una vez detenido, Soso confesó que su cómplice había sido Maximiliano Panero, y que por su cuenta "sólo tuvo la intención" de asustar a Guenchul para que no molestara más a Priscila, desligando a su pareja de toda responsabilidad de la planificación del hecho.
A Priscila la detuvieron luego en diciembre, le dictaron prisión preventiva efectiva y quedó imputada como instigadora de un crimen triplemente calificado por el vínculo, la promesa remuneratoria y el concurso premeditado de dos o más personas.
Denoya intentó a través de su situación de maternidad de su hija con Guenchul y su bebé con Soso, conseguir la prisión domiciliaria, aunque la justicia rechazó su pedido en varias oportunidades.
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