El líder de la banda narco “Los Monos”, Ariel “Guille” Cantero, dijo hoy en un juicio oral por tráfico de estupefacientes que los jueces “siempre tienen un argumento‘ para decir que es ‘el más malo de Rosario”, pero no cuidan su “integridad física”, y se quejó por presuntos malos tratos en el penal de Ezeiza.
“Ustedes, los señores jueces, me están haciendo pasar un hostigamiento desde la causa anterior”, sostuvo Cantero al hacer uso de la palabra en la primera audiencia del proceso oral, y en referencia al juicio concluido hace diez días, en el que fue condenado por secuestro extorsivo.
Cantero es juzgado desde hoy, junto a su lugarteniente, Leandro “Gordo” Vilches, y otros 19 imputados, en un juicio por tráfico de marihuana desde el norte del país y narcomenudeo en Rosario.
También llegaron a juicio un periodista deportivo partidario, Edgardo Smolsky; un policía federal que vivía con él, Cristian Negrette, y un ex candidato a senador nacional por Santa Fe, Juan José Granelli, entre otros.
Cuando el Tribunal Oral Federal 1, que dirige el debate, le preguntó a Cantero si quería hacer una manifestación, se quejó de las condiciones de detención en Ezeiza.
“Ustedes, junto al fiscal (Federico Reynares Solari), me hacen pasar malos momentos porque no se hacen cargo de mi integridad física y dejan que el Servicio (Penitenciario) haga conmigo lo que quiere”, se quejó.
Luego, relató que hizo huelga de hambre y que quemó un colchón en la unidad penal porque no lo dejan comunicarse con su familia.
“Estoy mal dormido, mal comido, tengo miedo de que acá el servicio me envenene”, sostuvo Cantero, quien se negó a contestar preguntas.
Cuando le preguntaron por sus datos filiatorios, respondió: “La rata de laboratorio Contreras me llamo”, en referencia a su apellido materno, y sobre su ocupación dijo: “Vago de nacimiento”.
Otro de los acusados que hizo uso de la palabra fue Smolsky, quien recordó que era “relator de fútbol en un programa partidario de Rosario Central” cuando fue detenido con encomiendas de marihuana retiradas de la sede local del Correo Argentino.
“Además, tenía una empresa de venta de verduras”, argumentó el imputado, que también se negó a declarar.
Por su parte, Sergio Enríquez, presunto proveedor de la marihuana que de acuerdo a la investigación llegaba en encomiendas desde Puerto Iguazú a Rosario, dijo que lo incluyeron en una banda que no conoce
Desde Ezeiza, donde está detenido, explicó que de los restantes 20 acusados sólo conoce a Smolsky porque viajó a Rosario para cobrar una venta de camperas que su cuñado Gustavo González prófugo en la causa-, había pactado con el relator de fútbol.
“No voy a negar que yo usaba el teléfono, pero lo usaba junto con mi ex cuñado que ahora supuestamente está prófugo, Gustavo González”, dijo en relación al celular con el que cruzaba mensajes con Smolsky.
“Él me lo pedía prestado cuando venía a mi casa porque él no tenía trabajo ni celular para comunicarse con la familia”, dijo en su descargo Enríquez.
Finalmente declaró Joel David Pucheta, un hombre que cumple condena a 21 años de cárcel por homicidio y otros delitos, y que según esta investigación organizaba desde su celda la venta de drogas a través de su pareja, Jimena Villalba.
Pucheta explicó que antes de la investigación que lo llevó a juicio, que se realizó entre noviembre de 2015 y octubre de 2016, con su pareja disfrutaban ‘de un buen pasar económico” y pensaba en “pasar un buen verano” a la espera de la llegada de una hija. “Habíamos decidido cerrar las puertas de nuestro comercio y dedicarnos y pasar un buen verano después de una década estando yo detenido”, sostuvo.
“Jimena siguió con su trayectoria de comerciante, se dedicó siempre al rubro de las verduras y frutas, que a pesar de ser un rubro muy bastardeado, le fue bien durante muchísimo tiempo”, aseguró.
En las escuchas de la causa, Pucheta habla con Vilches, el lugarteniente de Cantero que también estaba preso, de realizar negocios con “la espinaca”.
El resto de los imputados se negó a declarar en la primera audiencia y el juicio continuará mañana con la producción de la prueba a cargo del fiscal Reynares Solari.