Un segundo cadáver fue hallado esta noche bajo los escombros del gimnasio que se derrumbó ayer en el barrio porteño de Villa Urquiza, y seguía la búsqueda del tercer y último desaparecido del siniestro, informaron fuentes de policiales y de bomberos.
El cuerpo hallado esta noche, del que en principio el jefe de Bomberos Omar Bravo dijo que "tiene rasgos orientales", fue identificado luego como Luis Lou, de 23 años y de origen chino.
El joven que era estudiante de Derecho, iba todos los días al gimnasio, respecto del cual residía a una cuadra y media junto a su familia, que llegó de Shangai hace 30 años.
Este muerto se suma al encontrado en la madrugada, que fue identificado como Guillermo Ramón Fede, de 37 años, quien era instructor en el gimnasio.
Tras el hallazgo de Lou, los rescatadores continuaban la búsqueda del tercer y último desaparecido registrado: Maximiliano Salgado, de 18 años y estudiante de Comunicación.
Los datos de estos jóvenes fueron aportados por sus familiares, quienes ayer se acercaron angustiados por la ausencia de los jóvenes y con la presunción de que estaban allí en el momento del derrumbe de lo que era un gimnasio y dos locales comerciales.
Estas personas permanecían en las inmediaciones desde ayer, asistidas por personal del Equipo Factor Humano, dependiente del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) de la ciudad de Buenos Aires y del cuerpo de psicólogos de la Policía Federal.
Esta tarde, el comportamiento de uno de los perros de rescate indicó que había olfateado un cuerpo, señaló a Télam el director médico del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) de la ciudad de Buenos Aires, Carlos Russo.
Ante ese indicio, los bomberos apuntaron su búsqueda hacia ese punto, sin la ayuda de la pluma de la grúa, que retiraba grandes piezas de escombros, por temor a que el trabajo pesado causara algún desmoronamiento sobre el posible sobreviviente.
La tarea en ese sector consistió en la remoción manual de escombros, para abrir una brecha, que finalmente los llevó hasta el cuerpo muerto.
Poco antes, el comisario a cargo del rescate, Daniel Seara, había aclarado que los perros que participan de la búsqueda fueron entrenados con una "técnica que es específicamente para personas vivas, no obstante puede el perro en principio dar indicios de localización de víctimas (muertas) sepultadas".
En ese momento, también Bravo declaraba: "Estamos "full time" y no vamos a cesar, continuaremos toda la noche hasta que encontremos, si llegamos a encontrar, alguna víctima".
Mientras personal especializado atendía a las familias de Lou y de Salgado, continuaban las "pasadas" con perros en el terreno cubierto de escombros hata cuatro metros de altura, en sus 10 metros de frente por unos 40 de fondo, según Seara.
Expertos en derrumbes -como los causados por sismos- aseguran que son frecuentes los casos de personas que sobreviven varios días si no sufren aplastamientos mortales y permanecen en "burbujas de aire" que suelen formarse bajo grandes piezas de edificios.
Los 11 heridos, que fueron atendidos ayer en los hospitales Tornú, Pirovano, Zubizarreta y Fernández, estaban fuera de peligro, precisó el titular del SAME, Alberto Crescenti.
El edificio estaba junto a una obra en construcción de un edificio de diez pisos con cocheras subterráneas, y se desplomó en momentos en que una excavadora ahondaba el pozo para subsuelos y cimientos, según testimonios de vecinos.
Diez equipos de bomberos, con apoyo de unas 200 personas del gobierno porteño participaron en la tarea de rescates, con perros, equipos de sonar, sensores de calor y cámaras con fibra óptica para introducirlas entre los escombros en busca de personas.
Télam