Danilo Chiapello
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Le costará mucho a Leyla Molinas (11) comprender por qué fue ella la víctima de un acto tan demencial.
Buena hija, excelente alumna. La menor cumplía con todas sus obligaciones sin imaginar siquiera que con eso podría irritar a algunas mentes enfermas.
No obstante, ya desde hace un tiempo Leyla advirtió en la escuela Padre Catena, donde cursa 6to grado, que las cosas en torno suyo no andaban del todo bien.
Hubo muchas señales antes de la debacle. Las que no fueron atendidas.
“Tenía miedo”
“Ella ya me había comentado que la venían hostigando algunas chicas”, dijo hoy María Angélica Martínez, la mamá de la menor, en diálogo con este diario.
“Incluso el año pasado no quería salir al recreo. Se volvió una nena bastante solitaria. No tenía amigas tampoco. Creo que tenía miedo. Incluso en el barrio ella no va a la casa de nadie”, agregó.
“A ella la vivían ‘cargando’. Le decían que hacés ‘come-libros’. Te la pasás estudiando vos... te sabés todas las tablas. No puedo creer que la hayan atacado por ser buena estudiante”, precisó la mujer.
Sin piedad
Ayer Leyla, como todas las tardes, concurrió al comedor que Los Sin Techo tienen en Villa Oculta, donde se brinda el programa Copa de Leche.
Una vez terminada la merienda, la menor salió del inmueble ubicado justo detrás del Puente Negro, y se puso rumbo a su casa. Eran las 17.45.
Pero ni bien salió a la calle se vio interceptada por un grupo de adolescentes, todas mujeres de entre 12 a 15 años.
- “ ¡Hola come-libros... esto es para vos!”, le gritó a Leyla una de las chicas que blandía en su mano una trincheta. Acto seguido las agresoras dieron rienda suelta a una faena de locura.
Como consecuencia del ataque, Leyla resultó con varias heridas cortantes en hombro, tórax y rostro. Lo más grave, un profundo corte que recibió en su cara.
Los demás niños que salían del comedor resultaron involuntarios testigos del suceso. Los que pudieron superar el terror por lo ocurrido intentaron atrapar a las violentas, aunque éstas escaparon a la carrera.
De la agresora se supo que pertenece a una familia ‘nueva’ en el barrio, que llegó procedente de la Vuelta del Paraguayo.
“Enseguida nos dimos cuenta, porque acá nos conocemos todos”, sentenciaron los vecinos.
Crisis de nervios
El drama también alcanzó a Emma y Rosa, las históricas cocineras que atienden a más de un centenar de niños que asisten al programa Copa de Leche.
“Yo estaba cocinando cuando escucho el alboroto en la calle”, relató Emma. “Salgo y veo a la nena gritando porque al verse tanta sangre entró en una crisis de nervios. El corte era muy grande... impresionante.
“No lo podía creer. Un ratito habíamos estado riendo juntas, haciéndonos bromas. La nena herida es muy buena, un ‘caramelo’. Estudiosa y respetuosa”, dijo la mujer.
Por su parte Rosa, indico que “ ni bien vi lo pasó le cubrí el rostro a la nena con una remera. Traté de apretarle la carita porque el corte era muy grande. Le avisé a mi hijo y el la llevó en moto hasta el hospital”.
“Los otros chicos la corrieron a la que atacó. Pero se escapó. Eran entre tres a cuatro chicas. De entre 12 a 15 años.
“Hace 20 años que estamos acá con Los Sin Techo. Trabajamos toda la vida con chicos y jamás nos pasó algo así”, sentenciaron.
No nos vamos a ir
Por último la mamá de Leyla explicó que “yo no voy cambiar a mi hija de escuela ni tampoco me voy a ir del barrio. Ella quiere hablar con la directora y con la ministra. Tiene miedo si la chica que la atacó va a seguir concurriendo.
“Ella me dijo que le quiere escribir una carta a la ministra de Educación. Les va a pedir que se vayan estas nenas de la escuela o se va a ir ella”, culminó.
Parte médico
El estado de salud de Leyla es de cuidado. Fue sometida a una intervención quirúrgica y ahora permanece internada en observación. Según detalló el director del hospital de Niños, Dr. Osvaldo González Carrillo, la niña recibió 20 puntos de sutura en el pómulo y le practicaron curaciones en otras heridas.
Luego fue internada en una camilla en una sala común donde se deberá aguardar su evolución. Osvaldo González Carrillo manifestó su preocupación por considerar que se trata de un claro caso de bullying (hostigamiento entre pares).
“Esta situación es parte de la violencia general que se vive en nuestra sociedad. Los chicos hacen lo que aprenden de los adultos”, sentenció el profesional.