Un hombre de 30 años falleció durante el fin de semana por un fuerte golpe en la cabeza, luego de ser detenido por la policía en inmediaciones del Parque Industrial de Sauce Viejo, y las autoridades tratan de determinar si la lesión fue provocada por los uniformados o fue consecuencia de una caída durante la persecución.
Según pudo reconstruirse, todo comenzó a última hora de la tarde del sábado, cuando varios vecinos observaron a un sujeto armado con una carabina deambulando en cercanías de la esquina que forman las calles Juan Díaz de Solis y Defensa.
Inmediatamente empezaron a sonar los teléfonos de la Central de Emergencias 911. Los testigos afirmaban que el amenazante sujeto escapaba hacia el sur, quitándose su vestimenta, para perderse entre los pastizales, en el viejo predio de la Fiat.
Mirá tambiénInvestigan el hallazgo de un cuerpo en Sauce ViejoUn móvil del Comando Radioeléctrico llegó poco después a la zona y minutos más tarde se dirigió al Parque Industrial, donde varios trabajadores habían visto a un sospechoso que presentaba características similares a las del individuo buscado.
Los uniformados aprehendieron a este hombre, identificado como Ariel Alderete, pero no encontraron ningún arma de fuego al rastrillar el lugar.
Como presentaba visibles lesiones, los policías trasladaron a Alderete hasta dependencias del Área de Medicina Legal, sobre la Comisaría 1a, en el centro de la ciudad de Santa Fe. El médico recomendó su traslado al Hospital Cullen y los agentes lo llevaron hasta el centro público de salud. Allí, los profesionales lo revisaron y le ordenaron una serie de estudios. Finalmente, la misma patrulla del Comando volvió con el detenido a Sauce Viejo, más precisamente a la Subcomisaría 13a.
Mirá tambiénVideo: dos autos terminaron incrustados en la cabina del peaje en Sauce ViejoAlderete quedó alojado en una celda, pero no por mucho tiempo. A las 2.35 se le concedió la libertad, porque se retiró la denuncia en su contra y el arma de fuego nunca fue encontrada. Aparentemente, ya entonces se sentía mal. Trascendió que como su familia no tenía los medios para buscarlo, un móvil lo llevó hasta su casa.
Su estado de salud empeoró y cuatro horas después -cuando empezó a convulsionar- fue llevado de urgencia por sus allegados nuevamente al Cullen, donde finalmente falleció.
Investigación
La muerte de Alderete activó los mecanismos previstos para posibles casos de violencia institucional. Así, el caso quedó en manos del fiscal Ezequiel Hernández y las actuaciones a cargo de la Agencia de Control Policial (ACP).
El funcionario del Ministerio Público de la Acusación dispuso una serie de medidas de rigor para tratar de determinar con precisión en qué momento y circunstancias Alderete sufrió la lesión fatal en su cabeza.
Así, se tomaron declaraciones testimoniales a las personas que llamaron al 911 y a personal de una empresa que habría visto caer al Alderete en una zanja. También se secuestraron los audios de la Central de Emergencias y el libro de guardia de la dependencia policial involucrada. El fiscal, por otra parte, ordenó la autopsia, cuyos resultados todavía no fueron dados a conocer.
Este marte, Hernández y detectives de la ACP recorrieron el lugar de la detención en busca de rastros. Según pudo saberse, se habrían hallado elementos de interés para el caso, por lo que se convocó a peritos de la Policía Científica de la Agencia de Investigación Criminal para que los recojan y analicen. Además, se secuestraron videos de cámaras de vigilancia que aportarían luz para esclarecer lo ocurrido.
Familiares de Alderete se habrían presentado en la Subcomisaría 13a para recriminar a los policías por presuntos abusos cometidos, pero otro recluso negó que haya existido cualquier tipo de maltrato.
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