Lunes 30.1.2023
/Última actualización 23:27
Un motochorro de 23 años volvió a cumplir la prisión preventiva que le había sido ordenada a mediados de diciembre, cuando fue imputado por el intento de robo a un repartidor de la empresa "Pedidos Ya". Desde el 9 de enero se encontraba prófugo, luego de haber forzado los barrotes de la celda en la que estaba alojado.
Se trata de Diego Nicolás Medina, a quien en diciembre el fiscal Ignacio Lascurain atribuyó la coautoría de "tentativa de robo calificado por el uso de arma", junto al delito de "encubrimiento". El juez José Luis García Troiano dispuso la prisión preventiva para él y su cómplice, Walter Ariel Carmona, la cual fue apelada por la defensa pública.
Pero antes de que el recurso llegara a tratarse, los motochorros se fugaron de la Comisaría 24. Forzaron los barrotes de la celda en la que estaban alojados y escaparon, por lo que se los declaró en rebeldía y comenzó la búsqueda. Tras poco más de dos semanas, Medina se "arrepintió", se presentó primero en la sede del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal y luego en la Comisaría Primera, donde fue aprehendido.
El fiscal en feria Marcelo Fontana le imputó el delito de "evasión" y este lunes, ante el juez penal Luis Octavio Silva, solicitó la acumulación de los legajos. El magistrado ordenó que Medina continúe cumpliendo la prisión preventiva oportunamente dispuesta, mientras la causa en su contra avanza. Carmona, el cómplice, continúa prófugo.
Con una chuza
Los motochorros cayeron el viernes 9 de diciembre, luego del intento de robo frustrado a un repartidor de la empresa "Pedidos Ya". Según la atribución delictiva, sucedió alrededor de las 13, cuando Medina y Carmona circulaban por inmediaciones de Francia y Lisandro de la Torre a bordo de una moto YBR blanca y negra.
Fue entonces que "mediando acuerdo previo y distribución funcional de tareas", abordaron al delivery y lo amenazaron con un arma blanca tipo chuza de aproximadamente 10 centímetros de largo. Pero la víctima, lejos de paralizarse, buscó refugio en una heladería de la zona, donde se escondió y llamó rápidamente a la Central de Emergencias 911.
Un patrullero fue comisionado al lugar y divisó a los motochorros en las inmediaciones. Fueron aprehendidos, se secuestró la chuza y, además, se constató a través del sistema Cóndor (base de datos policial) que la moto en la que se trasladaban tenía un pedido de secuestro activo, ya que había sido sustraída en octubre.
Por esto se sumó el "encubrimiento" a la "tentativa de robo calificado" imputada en diciembre. Ahora, se agregó un tercer delito, la "evasión", y se ordenó la acumulación de los legajos. La investigación avanzará con Medina nuevamente tras las rejas.
Fuentes cercanas al caso señalaron que Medina atraviesa una situación de adicción a los estupefacientes, y que fue internado por su familia con la esperanza de que lograra rehabilitarse, algo que no habría conseguido.