Sábado 20.11.2021
/Última actualización 16:04
"Todavía no puedo creer que hayan matado a 'Maxi'. Sigo esperando que él pase por el pasillo, que se asome por la ventana y que me salude", dice Azucena, la mamá de Maximiliano Olmos, un joven que tenía 25 cuando fue ejecutado a balazos por delincuentes que le robaron la moto. El crimen ocurrió poco antes de la llegada de la primavera de 2019, en barrio Fomento 9 de Julio de la ciudad de Santa Fe.
"Jamás me hizo renegar. Sobresalía en todo lo que hacía. Fue abanderado en su escuela primaria y también en la secundaria. Sus libretas de calificaciones eran hermosas. Los alumnos siempre lo elegían como el mejor compañero. Así era también con su familia, con sus hermanos, con sus amigos, con su novia. Estaba siempre cuando se lo necesitaba", describe la mujer.
La noche del jueves 19 de septiembre de 2019, "Maxi" fue asesinado por peligrosos ladrones, que no tuvieron piedad, pero sí una frialdad y un cinismo indescriptibles.
La investigación cayó en manos de la fiscal Rosana Marcolín, que desde hacía un tiempo estaba tras los pasos de una banda que se dedicaba al robo de motos. En pocas horas, la funcionaria llegó a los sospechosos, que fueron apresados. Eran un tal "Gringo" y un tal "Pastelito", temibles delincuentes que serían autores de este y otros golpes sangrientos.
Guillermo Di Salvatore La fiscal Rosana Marcolín investigó el caso y será quien represente al Ministerio Público de la Acusación en el juicio oral.La fiscal Rosana Marcolín investigó el caso y será quien represente al Ministerio Público de la Acusación en el juicio oral.Foto: Guillermo Di Salvatore
En los últimos días, "Pastelito", llamado Cristian Martínez, aceptó su responsabilidad en el hecho y firmó un acuerdo para ser condenado en un juicio de procedimiento abreviado, pero antes de que un juez pueda homologar el proceso se arrepintió. Ahora, él y su cómplice van camino a un juicio oral y la fiscal ya adelantó que solicitará la prisión perpetua para ambos.
"Maxi" trabajaba en una conocida mueblería de la zona norte de la ciudad. Ese jueves trágico volvió a su hogar cerca de las 17, como siempre. Se bañó, salió por el pasillo y antes de partir saludó a su madre por la ventana. Ella hacía canelones de verdura, porque esa noche iban a cenar todos juntos.
"Fue la última vez que lo vi con vida, porque cuando me dejaron volver a verlo ya estaba en una bolsa negra", recordó Azucena tiempo después.
El joven montó su flamante moto Honda Tornado de 150 centímetros cúbicos y la llevó al taller. La había comprado días atrás, era usada y había que cambiarle unos repuestos. Luego, cerca de las 20, tomó avenida Facundo Zuviría hacia el norte para ir a buscar a su novia, que trabajaba en la zona céntrica.
Los asaltantes lo vieron pasar y fueron tras él. Buscaban una moto como la de "Maxi". Ellos estaban a bordo de una Honda enduro. Lo siguieron y con él doblaron por calle Domingo Silva en dirección al este. Fue entonces que Maxi se percató de que lo seguían. Su Honda le había costado mucho esfuerzo y no estaba dispuesto a entregarla. Aceleró, giró en "U" para meterse por el Pasaje Pasteur. Los criminales ya habían empezado a dispararle. Uno de los proyectiles le rozó un tobillo. Siguió, pero no pudo escapar porque circulaba en contramano y se topó de frente con un automóvil. Tuvo que frenar. Otro balazo lo alcanzó en la zona inguinal y lo hizo caer. Estaba indefenso, tendido en el piso, cuando el asesino se acercó y le tiró otros cuatro tiros. Uno de los plomos impactó en su cuello. Quedó agonizante, desangrándose.
El joven fue trasladado de urgencia al Hospital Cullen, pero poco pudieron hacer los médicos. Murió unos minutos después de esa medianoche.
Los elementos probatorios que comprometen a los imputados son numerosos.
* Dos testigos observaron la secuencia. Ninguno de los dos logró ver los rostros de los asesinos, pero ambos reconocieron la moto en la que circulaban, una Honda XR 300, "sin el frente". Este rodado -que había sido robado en mayo de 2019- fue secuestrado en la casa de "Pastelito" durante un allanamiento en el que también se incautaron otros seis rodados.
* Martínez y su cómplice habrían reconocido ser los autores del crimen ante dos hermanos con los que compartieron celda. El primero les habría dicho que sólo iba a quedar preso por unos meses, porque no había pruebas…. Y que había hecho desaparecer la moto. El segundo les dio a entender que había participado del robo, pero no fue quien disparó.
* Cuando Maxi cayó herido al piso se quebró la palanca del freno de la moto y una parte quedó tirada sobre el asfalto. Media hora después del hecho, "Pastelito" le sacó una foto con su celular a una Honda Tornado negra a la que justamente le faltaba la parte que había quedado en la calle. Esta foto había sido borrada del teléfono, pero pudo ser recuperada por los peritos.
* Ese celular de "Pastelito" estuvo activo en la zona del homicidio, justamente a la hora del ataque, lo que pudo comprobarse con la colaboración de una empresa de telefonía.
* Los investigadores pudieron recuperar conversaciones por whatsapp entre los acusados. Minutos antes del asalto, cuando se preparaban para "salir", y minutos después, cuando acordaron no contar nada ("ni cabida a nadie"). Luego de que se hizo público el fallecimiento de "Maxi", el "Gringo" invitó a Martínez a "tomar algo por el finado".
* En el aparato también había seis capturas de pantalla con noticias del crimen de Olmos. Todas esas imágenes fueron tomadas la noche del homicidio.
Unos días antes del crimen de "Maxi", un conocido peluquero de la ciudad fue baleado por motochorros que trataron de robarle su Honda Falcon 400. La fiscal Marcolín sostiene que "Pastelito" fue uno de esos asaltantes y que tiene pruebas para demostrarlo.
La propia víctima, que afortunadamente lo pudo contar, relató que cerca de las 21 del viernes 13, cuando manejaba su moto por calle San Jerónimo hacia el norte, en el cruce con Risso fue interceptado por malvivientes armados que se movían en una "enduro".
"Dame la moto", le gritaron. Allí le "pegaron un tiro" en la pierna derecha. Herido, giró al oeste, tomó 9 de Julio y luego Padre Genesio. Al ver que lo seguían, arrojó la moto al suelo y se escondió detrás de un auto. Les tiró con un ladrillo y ellos le devolvieron un balazo que afortunadamente no dio en el blanco.