Lo subieron a una camioneta, lo violaron en un descampado y luego lo "tiraron" en una estación de servicios abandonada. Sucedió la madrugada del 25 de diciembre, en Santa Rosa de Calchines. El adolescente víctima del despiadado ataque identificó a los agresores, que este jueves quedaron en prisión preventiva.
La resolución estuvo a cargo del juez Gustavo Urdiales, quien dio por acreditada la probable autoría y la calificación penal utilizada por el fiscal Matías Broggi. Claudio "Kuty" Rivero, Leonidas "Cachi" Bruno y su hijo, Héctor Bruno, tienen entre 35 y 59 años y fueron imputados el miércoles.
A los dos primeros se les endilgó la coautoría de "abuso sexual con acceso carnal calificado por la participación de dos o más personas" en concurso ideal con "promoción a la corrupción de menores agravada por violencia". Al tercero se le atribuyó la participación secundaria en los mismos delitos.
Si bien tanto la defensora pública Silvina Corvalán -por Rivero- como el abogado particular Sebastián Oroño -por los Bruno- se opusieron a la prisión preventiva pretendida por el fiscal Broggi, alegando la falta de elementos incriminatorios, y propusieron medidas alternativas, el juez Urdiales ordenó la cautelar de máxima. Esto, tras considerar la existencia de ambos peligros procesales, la fuga y el entorpecimiento probatorio.
La investigación comenzó la noche del domingo 26, cuando una médica del Samco de Santa Rosa de Calchines se comunicó con la comisaría local, advirtiendo que había ingresado a la guardia un menor de edad que había sido víctima de un abuso sexual. La policía se trasladó hasta allí, y entrevistó a familiares del adolescente de 16 años, que les comentaron lo que el joven les acababa de contar.
La madrugada del 25, a la salida de una fiesta, el chico estaba junto a un grupo de amigos. "Tres viejos en una camioneta" se le acercaron para preguntarle a dónde podían ir de after y se ofrecieron a llevarlos, pero cuando el muchacho ingresó cerraron la puerta de golpe y arrancaron. Según relató el fiscal, llevaron al menor hasta una zona que no conocía y allí lo sometieron.
Dos de los agresores lo violaron mientras el tercero, el "de anteojitos", miraba. El chico les pedía que lo llevaran a su casa, pero lo tiraron casi inconsciente en una estación de servicios abandonada.
Tenés que leerHorror en Santa Fe: la violaron y la tiraron en la calleLa víctima tardó un día en poder contarle a alguien lo que le había sucedido. La insistencia de su mamá, que lo notaba mal, terminó incentivándolo a hablar. Fue entonces que se acercó al Samco, donde se constataron lesiones compatibles con el abuso descripto, y se dió intervención a la justicia.
El fiscal Broggi señaló que cuando se detuvo a los sospechosos se secuestró la camioneta, que será peritada. También se esperan los resultados de las pericias practicadas a la bermuda del adolescente, así como su declaración en cámara Gesell.
Para fundar el pedido de prisión preventiva, el funcionario señaló la existencia de ambos riesgos procesales: fuga y entorpecimiento probatorio. Sobre todo, tuvo en cuenta que se trata de una localidad chica en la que "todos se conocen", que el menor debe estar tranquilo para poder relatar lo ocurrido y que, tras la audiencia, los imputados conocen la calidad de las evidencias incriminantes.
Leonidas y Héctor Bruno decidieron declarar. El mayor señaló que la madrugada del 25, cerca de las 3 de la mañana, le prestó la camioneta a su hijo y se acostó a dormir, levantándose recién a las 8. Héctor contó lo mismo, dijo que se dirigió al boliche y que, junto a Rivero, se fueron alrededor de las 5 de after a un camping.
Su abogado, el Dr. Oroño, expuso algunos testimonios tomados a familiares de sus clientes, entre ellos la esposa de Leonidas y madre de Héctor, que confirmaron el relato del mayor. Dijeron que esa madrugada, al momento de la violación, el hombre estaba durmiendo en su casa.
En cuanto al reconocimiento a través de una fotografía encontrada en Facebook, el letrado señaló que la misma no está en el legajo y no hay manera de corroborar que se tratara de su cliente. También cuestionó la figura de "partícipe secundario" endilgada a Héctor, y finalmente sostuvo la inexistencia de riesgos procesales, por lo que ofreció una serie de medidas alternativas a la prisión preventiva.
En la misma línea estuvo el planteo de la defensora pública, quien hizo hincapié en que falta el relato del menor en cámara Gesell y propuso medidas alternativas a la prisión.
"Es difícil equivocarse de persona" señaló el juez respecto al planteo de la fotografía en la que la víctima reconoció a uno de los imputados. "El relato del menor es contundente y aporta detalles", que llevaron al magistrado a manifestar que "hoy encuentro mucho más afianzada la hipótesis fiscal, hay una gran posibilidad de que puedan haber sido ellos y no otros".
En cuanto al adolescente, consideró el especial estado de vulnerabilidad en el que se encuentra actualmente y la influencia negativa que podría tener en él que los imputados recuperaran la libertad, sobre todo de cara a la entrevista en cámara Gesell. También consideró que "se usó violencia extrema para lograr el acto", ya que se trató de tres adultos sometiendo a un menor.
El magistrado confirmó la existencia de riesgos procesales, y consideró insuficientes las alternativas propuestas por las defensas, tras lo cual ordenó la prisión preventiva para los tres hombres.