Un incendio dejó en la calle a una familia del Monoblock 16
Periodismo Ciudadano
7:20
Rosana Escobar tiene 35 años y se gana la vida haciendo changas. En este momento no tiene trabajo. Hasta el sábado vivía con sus tres hijos en el departamento 252 del Monoblock 16 del barrio Acería, pero un incendio desatado en el lugar cambió drásticamente su vida y la de su familia.
Las llamas se originaron aproximadamente a las 7 de la mañana del sábado pasado, cuando la mujer dormía, acompañada por una de sus hijas, de 18 años, y dos de sus sobrinas, una de 15 y otra de 12. Según cuenta ella, el deficiente estado del tendido eléctrico hizo que se produjera un cortocircuito, lo que originó el fuego.
"Nos despertamos porque el perro empezó a ladrar. Apenas abrimos los ojos vimos que todo el lugar estaba inundado por un humo blanco. Casi no podíamos respirar. Salimos corriendo y alcanzamos a llegar a la puerta. Cuando la abrimos, se encendió todo. Nos salvamos de casualidad. Los vecinos nos ayudaron. Cortaron la luz y trajeron baldes. Después llegaron los bomberos", recordó Rosana
Periodismo Ciudadano El hogar de Rosana y sus hijos quedó totalmente arruinado. La estructura puede derrumbarse en cualquier momento.
El hogar de Rosana y sus hijos quedó totalmente arruinado. La estructura puede derrumbarse en cualquier momento. Foto: Periodismo Ciudadano
"Mis hijos se quedaron sin nada -se lamentó la mujer-. Perdimos muebles, ropa, todo. Me tuve que ir porque hay riesgo de derrumbe. Afortunadamente, tengo a mi padre a 50 metros. Estamos durmiendo con colchones en el piso. Teóricamente teníamos que mudarnos por estos días a las casitas nuevas que hicieron en la otra cuadra, pero todavía no están terminadas. Ya estamos adjudicados y nos tienen a las vueltas desde diciembre".
La mujer asegura que las autoridades del gobierno no les dan una respuesta a ella ni a los otros vecinos del monoblock, por lo que las 18 familias que lo habitan se manifestaron este lunes en el lugar y amenazaron con cortar la avenida Blas Parera si sus reclamos no eran escuchados. "Todos estamos en peligro, porque si se llega a derrumbar una pared no sabemos hasta dónde puede repercutir en toda la estructura. Yo tengo a mi papá cerca, pero hay otra gente que no tiene dónde ir si salen de sus casas", aseguró Rosana.