Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Sufría persecución y maltrato. Esta madrugada su ex pareja la asesinó de un tiro. “Yo denuncié en la policía que este hombre le pegaba. Pero no me dieron bolilla”, dijo la hija de la víctima.
Danilo Chiapello
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Celina estaba medio dormida cuando el sonido de un disparo la sobresaltó. “¡Mi mamá!” pensó. Eran las 2 de la madrugada.
Sus frágiles 15 años le permitieron cruzar con agilidad esa maldita calle, sin luz y llena de pozos, en el corazón de barrio Scarafia.
“ Quise entrar pero la puerta estaba cerrada. Entonces me metí por la ventana y ahí la veo a mi madre. Estaba tirada en el piso. Toda golpeada y semidesnuda. Tenía una herida de bala en la parte de atrás de la cabeza. Y el corpiño arrancado. Eso es porque ella guardaba ahí la plata. Este tipo se la sacó para ir a comprar droga”, dijo la jovencita en diálogo con El Litoral.
Cristina Sandoval (41) fue asesinada anoche de un tiro en su cabeza. Previo al desenlace había recibido golpes en todo su cuerpo.
Como autor del desastre se señala a un tal Pedro (36), un temible sujeto con el que había formado pareja hace unos meses. Ella había dado por terminada la relación hace poco.
* “Este tipo es un loco... un adicto... un enfermo de celos. A mi mamá la enloquecía por cualquier cosa. No la dejaba usar ninguna ropa y todo le molestaba. Por cualquier motivo le pegaba. Yo lo denuncié en la policía, pero jamás me dieron bolilla”, agregó Celina.
El relato de la adolescente permite comprender a la perfección cómo se “cocinan” las cosas en ciertos lugares de la ciudad. Detrás de las avenidas a muy pocos le importa lo que pasa. Se sabe.
Un tal Pedro
En cuanto al tal Pedro trascendió que cuenta con abultados antecedentes en materia delictiva. En la zona muchos lo conocen por sus tropelías.
Tras el crimen de Cristina varios testigos los vieron escapar a bordo de un moto en compañía de un familiar. Hasta el momento se mantiene en condición de prófugo.
De Cristina Sandoval se supo que vivía en una humilde finca en Arzeno al 7300. Allí permanecía junto a sus hijos, entre ellos, la adolescente Celina.
Como pudo trató de esquivar los azotes de la pobreza, pero en esa lucha. Para juntar unos pesos por las noches cuidaba los hijos de Gisela, una vecina que trabaja “haciendo la calle” en una localidad vecina.
* “Yo no estaba en Santa Fe cuando me avisaron. Me quise morir. Me dijeron que Cristina estaba muerta. Y mis hijos estaban ahí...”, comentó Gisela.
Restos de marihuana
Tras el hecho Cristina fue trasladada con urgencia hasta el hospital José M. Cullen, donde arribó en condición desesperante.
La médica que la asistió diagnosticó herida de arma de fuego en cráneo, con pérdida de masa encefálica, quedando alojada en la sala de shock room, con asistencia respiratoria. Esta mañana, minutos antes de las 8, se produjo su deceso.
En la escena del ataque trabajaron agentes de la Policía de Investigaciones (PDI) quienes secuestraron algunas dosis de marihuana, entre otros elementos de interés para la causa.