Utilizando un inhibidor de señal, tío y sobrino lograron abrir el cierre centralizado de un automóvil sobre Avenida Freyre en un horario muy transitado, para sustraer elementos de su interior. Previamente habrían realizado tareas de inteligencia sobre la víctima, según lo expuesto en la audiencia en la que ambos delincuentes quedaron en prisión preventiva.
Los fiscales Rosana Peresín y Manuel Cecchini imputaron a Mario Armando (28), y a su tío, Armando Ceferino (56) Yamamoto como coautores del "hurto calificado por el uso de instrumento semejante a llave" cometido la tarde del martes 28 de septiembre. Del vehículo, propiedad de un contador, se llevaron un revólver desarmado y varios registros de legítimo usuario de escopetas, carabinas y revólveres (el hombre es aficionado a la caza), entre otras pertenencias.
También se les endilgó haber participado en calidad de "miembros" de una asociación ilícita dedicada a cometer escruches, y al menor de ellos el "encubrimiento" de un hurto similar al imputado.
La jueza Sandra Valenti ordenó este martes la prisión preventiva para ambos, rechazando las medidas alternativas propuestas por los abogados defensores Germán Corazza y Juan Aguilar.
El martes en cuestión, entre las 18.15 y las 18.30, los Yamamoto arribaron en un Volkswagen Gol Country a inmediaciones de Avenida Gobernador Freyre y Crespo. Allí estaba estacionado el Renault Fluence al que los delincuentes se dirigieron directamente, por lo que la fiscalía sospecha que habían realizado tareas de inteligencia previo al hecho.
"Emplearon artefactos inhibidores de la señal del cierre centralizado de las puertas del vehículo", explicaron los fiscales, por lo que lograron abrirlo sin esfuerzo alguno y apoderarse de un revólver calibre 32, una caja de herramientas, tarjetas bancarias y documentación personal de la víctima (incluyendo nueve credenciales de legítimo usuario de armas).
El hurto duró tan solo unos pocos minutos, tras lo cual los Yamamoto se dieron a la fuga. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar, y este sería el punto de partida para que el personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) reuniera los registros fílmicos de múltiples cámaras y lograra establecer cuál fue su recorrido exacto, y a dónde se dirigieron.
Con esta información, la semana pasada los fiscales Peresín y Cecchini ordenaron cinco allanamientos en los que lograron la detención de Mario y Armando Yamamoto.
La fiscalía consultó con un especialista acerca del funcionamiento de los inhibidores utilizados para cometer este tipo de delitos, y expuso esta información durante la audiencia de prisión preventiva. Generalmente se utiliza un emisor de radiofrecuencia más potente que el que posee la llave del automóvil, y con este se emite una señal en la misma frecuencia.
Así, logran trasmitir "información basura" que "tapa" la orden original. Al detectar una señal distorsionada, el receptor del auto se inhibe. Puede que el vehículo directamente no se cierre, o que se cierre y a vuelva a abrir, haciendo en ambos casos las señales de baliza o bocina que suele hacer el automóvil cuando se activa el cierre centralizado.
Este tipo de inhibidores sirven para distintos tipos de vehículos debido a que los automóviles no poseen una frecuencia única y particular. Si bien son transmisores de corto alcance, dentro de su radio la transmisión de la señal es potente, por lo que un solo dispositivo puede poner en jaque la seguridad de una cuadra entera.
La única manera de asegurarse de que el cierre automático se ha activado correctamente es intentar abrir una de las puertas del vehículo, para comprobar que la traba esté accionada.
Los Yamamoto también son investigados como miembros de una asociación ilícita dedicada a cometer delitos contra la propiedad, conocidos en la jerga policial como "escruches", ya que ingresaban a robar a domicilios cuyos dueños no se encontraban en el lugar.
"Entre 2018 y 2019, la organización criminal ingresó por la fuerza a diferentes viviendas y se apoderó ilegítimamente de dinero, armas, joyas y dispositivos electrónicos", afirmaron los fiscales Peresín y Cecchini. "Además del hombre de 56 años y su sobrino, la banda delictiva estaba integrada por otras tres personas que ya fueron identificadas", algunos de estos familiares de los Yamamoto.
Tío y sobrino permanecerán en prisión preventiva mientras las investigaciones avanzan, según lo dispuesto por al jueza Valenti luego de acreditar la existencia de peligros procesales.