Un habitué de los tribunales santafesinos quedó en prisión preventiva este viernes luego de que le atribuyeran haber sustraído diversos elementos de una vivienda de Santo Tomé. Había recuperado la libertad el 24 de enero, luego de que lo detuvieran por una tentativa de hurto.
Juan Carlos Freyre, de 36 años, fue condenado siete veces en la última década, casi exclusivamente por delitos contra la propiedad. Le otorgaron la libertad condicional en septiembre del año pasado, pero en enero de 2023 volvió tras las rejas por una tentativa de hurto.
Lo imputaron y quedó libre con restricciones, las cuales no cumplió. Este martes 31 lo aprehendieron con una bordeadora y una mochila sustraídas de una vivienda de Candioti al 2400 de Santo Tomé. Esta vez, quedó en prisión preventiva.
Mirá tambiénInsólito modus operandi: bajaron de un árbol y le robaron un monopatín eléctricoLa cautelar fue dispuesta por la jueza Celeste Minniti, a raíz de la solicitud formulada por el fiscal Ignacio Suasnábar. Desoyendo la recomendación de la defensora pública Leticia Feraudo, Freyre pidió declarar: se desentendió de la acusación, dijo que se siente "bajo vigilancia" y que padece consecuencias físicas de un "ataque" nuclear.
El hecho
La fiscalía explicó que la siesta del martes a la policía le llamó la atención ver a un hombre que corría con una bordeadora y una mochila negra, quien al percatarse de la presencia del patrullero intentó huir. Lo entrevistaron y al notar que se contradecía respecto a quién pertenecían los elementos que tenía en su poder, lo trasladaron hasta la comisaría para averiguación de antecedentes.
Ya en la sede policial, desde el Centro de Emergencias 911 dieron aviso de un llamado en el que se denunciaba el robo de varios objetos en una casa de Candioti al 2400. Los elementos coincidían con los que Freyre tenía en su poder: una bordeadora marca Black and Decker y una mochila negra que contenía una pelota de fútbol Adidas, auriculares Sony, un mate con su estuche, una linterna, un cepillo de dientes y un peine.
Freyre quedó tras las rejas en calidad de aprehendido, y se informó a la fiscalía. La víctima reconoció los elementos como propios. Por esto, el Dr. Suasnábar atribuyó al treintañero la autoría del "hurto calificado por escalamiento", ya que saltó el tapial de 1,70 metros para ingresar a la vivienda en cuestión.
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Freyre declaró que "no tengo nada que ver" con el robo, y dijo que se siente bajo vigilancia: "Hay una señora que es policía que hace tiempo, ya me tiene cansado, me sigue para todos lados. No sé de qué manera lo logra, parece que tiene celulares de joyería o algo así, o me vigilan por los televisores… pero la cuestión es que no me dejan tranquilo, ni vivir, desde hace muchísimo tiempo ya. Ellos de vez en cuando se la arreglan para acercarse a mi vida y ponérmela patas para arriba, no sé qué tecnología tienen pero la verdad es que es cansador".
"Yo no maté a nadie, ni robo con armas, solamente tengo problemas de adicciones, lo he tratado. He pasado cosas graves, he vivido cosas en la escuela, discriminaciones, hasta me ha atacado una bomba nuclear que se le había escapado a los militares en ese tiempo y fui perdiendo mis órganos de a poco", señaló durante la audiencia.
La defensa ofreció una serie de medidas alternativas a la prisión preventiva. "Acá tenemos un problema de adicciones severo, no estamos ante un delincuente que lo tiene como profesión, sino frente a una persona que delinque para consumir", señaló la abogada del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (SPPDP). "Eso nos pone en la situación de que la cárcel, la condena, la comisaría, no van a solucionar ningún tipo de problema. Ya sabemos que en situaciones de encierro, en las cárceles argentinas ninguna persona se puede rehabilitar, todo lo contrario".
"Hay que darle una solución a este chico que no sea la cárcel. Básicamente Freyre termina siendo una víctima del sistema, de la persecución condenatoria a los pobres y, en este caso, a los adictos. No estamos ante delitos graves, ni que se hayan perpetrado con violencia física a las personas", manifestó el letrado, tras lo cual solicitó la libertad con restricciones.
Peligro de fuga
La fiscalía sostuvo su pedido de prisión preventiva, medida que fue ordenada por la jueza, que señaló: "Es cierto que estamos ante una persona con un problema de adicciones, pero es un problema de salud que está atravesado por un proceso penal, con lo cual la ley establece mecanismos para poder dar respuesta a ambas situaciones".
La magistrada encontró latente el peligro de fuga, que "surge claramente de la refractariedad a la norma respecto a las alternativas que se le han dado a Freyre el 24 de enero", tras lo cual recuperó la libertad. Esas alternativas "son las mismas que ha ofrecido la defensora ahora" y no han sido respetadas por el imputado, que cometió un nuevo delito.
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