En un incidente extraordinario en Mendoza, durante el traslado de un grupo de 13 reclusos a los Tribunales locales, el detenido Roberto Carlos Bairac protagonizó una fuga insólita al aprovechar un descuido de los custodios.
El preso aprovechó un descuido y se "escurrió" a través de un hueco durante el traslado.
En un incidente extraordinario en Mendoza, durante el traslado de un grupo de 13 reclusos a los Tribunales locales, el detenido Roberto Carlos Bairac protagonizó una fuga insólita al aprovechar un descuido de los custodios.
El hecho ocurrió en la localidad de Guaymallén, cuando la camioneta policial, detenida en un semáforo, permitió a Bairac evadirse a través de un agujero en el piso del vehículo, de 40 a 50 centímetros.
El fugitivo, de 41 años e imputado por delitos graves como "abuso sexual agravado por el uso de arma de fuego, violación de domicilio, coacciones agravadas por el uso de arma de fuego, en concurso real, y homicidio en grado de tentativa", logró mantenerse prófugo durante varias horas antes de ser nuevamente aprehendido por la policía mendocina.
Tras su fuga, Bairac abordó un taxi, siendo localizado gracias a la activación del botón antipánico por parte del chofer, quien informó que el recluso se cubría las esposas con trapos. Posteriormente, Bairac perpetró un robo de bicicleta antes de ser finalmente recapturado, con la asistencia de drones policiales que rastrearon la zona de Rodeo de la Cruz.
Cabe destacar que el motivo por el cual estaba siendo trasladado era para prestar declaración por el caso más grave en su contra: el intento de homicidio de una joven de 20 años, a quien también intentó agredir sexualmente. Milagrosamente, la víctima sobrevivió a un disparo en la cabeza, ya que la bala entró y salió del cráneo sin causar daños significativos.