Por Carlos Retamal
Para el ministro de Seguridad Jorge Lagna, el ataque contra la sede administrativa de Rosario Central, en la que un vigilador privado resultó herido, fue un acto de “intimidación pública muy fuerte”. Además, sostuvo que estas acciones “tienen que ver con reglas que hemos roto a partir de nuestras acciones contra el delito”, y aseguró: “No vamos a parar. Los malos no te pueden derrotar".
Por Carlos Retamal
Lo que alguna vez fue folclore futbolístico entre las hinchadas y simpatizantes de Rosario Central y Newell's Old Boys, que se veía reflejado en pintadas en calles, paredes de baldíos y algunas viviendas, y columnas de alumbrado, que marcaban territorio de acuerdo a la zona de distintos barrios, pasó cualquier límite.
El atentado contra la sede institucional que Rosario Central posee sobre calle Mitre al 800, a escasos metros de la peatonal Córdoba, en pleno centro rosarino, fue de una gravedad inusitada, que forma parte de la escalada de violencia que se vive en Rosario desde hace años.
El por ahora último episodio tuvo lugar después de la 1 de este miércoles 17 de noviembre, cuando dos personas llegaron hasta la puerta de la sede de Central, donde había un empleado de una empresa de seguridad privada en el interior. En un primer momento se dijo que el atentado fue hecho mediante una bomba molotov, pero cámaras existentes en la cuadra mostraron que una de las personas tiró varias piedras contra el frente de vidrio, mientras otra agarró un balde de 20 litros y arrojó un líquido, que según las pericias posteriores era combustible.
La secuencia siguiente es terrorífica: el otro hombre enciende un fósforo o papel y lo arroja sobre el frente del inmueble, que inmediatamente comienza a arder. Instantes después, uno de los autores del atentado sale corriendo hacia el sur por calle Mitre –no se ve qué hizo su cómplice– y luego quien salió fue el guardia de seguridad, que primero pasó corriendo por entre las llamas y también fue hacia el sur por calle Mitre, pidiendo auxilio.
Vecinos de la zona llamaron a la Policía, Bomberos y al Sies y a los pocos minutos llegaron hasta el lugar algunos patrulleros y una autobomba. La asistencia médica lo hizo recién casi media hora después. El guardia, identificado como Alexis, de 23 años, quien en un primer momento fue socorrido por vecinos de la zona, fue trasladado hasta el hospital de emergencias “Clemente Álvarez”, donde fue atendido por quemaduras en ambas manos y en su rostro.
El subdirector del hospital dijo que “las lesiones que sufrió en sus manos son algo más profundas que las que afectaron su cara; por eso, probablemente lleven más tiempo para curar, y casi seguramente requerirán algún tipo de procedimiento para alcanzar una recuperación completa, pero su estado es bueno y, por el momento, en ningún caso está en riesgo su vida”.
El fuego fue controlado antes de la salida del sol, y si bien no se cortó el tránsito, toda la zona estuvo vallada hasta cerca del mediodía. Una vez controlado el fuego, personal de Defensa Civil inspeccionó los dos pisos del local (casi todo el inmueble fue afectado por las llamas) y corroboró que no había riesgo de derrumbe.
La fiscal a cargo de la investigación, Raquel Almada, sostuvo que Bomberos realizaron diversas pericias en el lugar para intentar establecer cómo fue que se inició el fuego y hasta dónde alcanzan los daños. Por su parte, directivos de Rosario Central indicaron que el siniestro generó graves pérdidas materiales y que llevará meses volver a poner en condiciones la sede administrativa.
Repudio, investigación y medidas
El ministro de Seguridad, Jorge Lagna, señaló este miércoles que la seguidilla de hechos vandálicos cometidos a instalaciones de los dos clubes era de extrema gravedad y anunció que convocó para este miércoles por la tarde a una reunión a autoridades de ambos clubes, a la cual también asistían autoridades policiales y del municipio para intentar dar un mensaje que busque pacificar la situación” y organizar un plan de acción para evitar nuevos ataques vandálicos.
Igualmente, recalcó que con estos hechos “se está generando un clima y detrás de eso hay intereses”.
Lagna sostuvo también que no se descarta ninguna hipótesis, aunque aseguró que "esto está enmarcado en un escenario de intimidación pública muy fuerte, por eso utilizan a Central y a Newell's, precisamente por lo emblemático que tienen, pero que son ajenos a esta locura".
Sobre quienes están detrás de estos actos, señaló que algunas pistas están bajo análisis y estarían relacionadas con los teléfonos que fueron incautados este martes, durante un allanamiento en una vivienda de Sánchez de Thompson al 100, donde fue detenido un hombre buscado por al menos dos homicidios, apodado «Cara de Burro».
Finalmente, opinó que estas acciones “tienen que ver con reglas que hemos roto a partir de nuestras acciones contra el delito desde el Servicio Penitenciario, el trabajo de Gendarmes y fiscales muy comprometidos”.
Y terminó diciendo: “No vamos a parar. Los malos no te pueden derrotar por más que hayan generado una situación de intranquilidad muy fea en la ciudad".
Cabe mencionar que, en horas de la mañana, luego de conocido el último episodio, se dispuso una guardia policial en cada uno de los inmuebles que poseen los dos clubes.