El Litoral
Se sumó a la joven a los 66 argentinos que tienen esta figura figura con la que la organización de policía internacional empieza la búsqueda mundial de personas desaparecidas.
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Télam
Interpol emitió un alerta amarilla para activar su búsqueda internacional de la joven Aracelli Fulles y la incluyó en la lista de los 66 argentinos buscados, al cumplirse tres semanas de su desaparición, mientras la familia criticó la actuación de la fiscal de la localidad bonaerense de San Martín, que lleva adelante la investigación.
"Nosotros no tenemos ninguna noticia, la fiscalía prácticamente no nos quiere atender, siempre se opuso a que se sumaran otras fuerzas o la Fiscalía de trata de personas porque nos dijo que no hacía falta", se quejó Ricardo Fulles, el papá de Araceli, al ser consultado por Télam.
Desde ayer, el nombre de Araceli figura en la misma lista que María Cash --vista por última vez en julio de 2011-- o Sofía Herrera --la nena de tres años que desapareció en 2008 en Río Grande--.
En total, son 66 los argentinos que tienen alerta amarilla, la figura con la que Interpol empieza la búsqueda internacional de personas desaparecidas. De ese total, 32 son mujeres.
En su perfil, Interpol describió a Araceli como una joven de "1,65 de estatura; tes trigueña; cabellos largos color negros ondulados; ojos color marrón. Posee tatuaje (vaso tipo chop) en la oreja derecha" y cuenta que en su antebrazo derecho lleva tatuado el nombre de su mamá, Mónica, y en el izquierdo el de su papá.
La descripción de Interpol reporta otro tatuaje con el nombre "Bautista", que va entre el pecho y el hombro izquierdo, una vieja cicatriz en la planta del pie, además de un corte reciente en la pierna izquierda con nueve puntos. Ella misma había publicado en su Facebook una foto del tajo.
De acuerdo a lo que contaron fuentes policiales, se decidió dar participación a Interpol después de que varias pistas, que hasta ahora no dieron ninguna información firme, indicaban que Araceli podría haber viajado al exterior.
En diálogo con Télam, el papá de la chica, desaparecida el 1 de abril en San Martín, se quejó porque la fiscal Graciela López Pereyra, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2, ya no les atiende los llamados.
"Cada vez que hay que hacer un allanamiento, les dan la dirección equivocada, van a la casa del vecino, a cualquier lado, hoy somos nosotros los únicos que seguimos buscando con la ayuda de la DDI de San Martín", se quejó el padre de Araceli.