Germán de lo Santos
“Estrago culposo”, esas dos palabras figuran en la carátula del expediente que el juez de Instrucción Juan Carlos Curto abrió tras la trágica explosión que se produjo en Salta al 2100, en Rosario, que dejó de acuerdo con las cifras oficiales 11 fallecidos, 20 heridos y 13 desaparecidos.
A la par de las tareas de rescate, en los tribunales de Rosario se viven horas agitadas en torno a la investigación del trágico estallido ocurrido ayer a las 9.40 de la mañana, cuando el gasista Carlos Osvaldo García y su ayudante Paulo Miño, ambos detenidos desde anoche, se encontraban cambiando el regulador del edificio de 2141, que posee 60 departamentos. Antes de que García quedara detenido le tomaron una declaración indagatoria. En tanto, el magistrado y la fiscal Graciela Argüelles allanaron las oficinas de Litoral Gas, ubicadas en Mitre y San Lorenzo. Hugo Buffarini, abogado de García, admitió que su cliente “entró en una depresión aguda y pensó en suicidarse”. El gasista, según relataron las fuentes judiciales, se escapó unos minutos antes de la explosión en una camioneta blanca. Paulo Miño, su ayudante, se quedó en la calle tratando de advertir a los automovilistas que iba a ocurrir una explosión.
La investigación
La investigación apunta a buscar la cadena de responsabilidades que se entrecruzaron, por acción u omisión, para que se produjera un estallido que desembocó en una de las catástrofes más importantes de la historia de Rosario. El magistrado pretende armar la cronología previa a la explosión, a partir de que se detectaran fallas en el edificio, que los propios vecinos denunciaron.
Curto precisó que en los días previos al estallido, las intervenciones de Litoral Gas en el domicilio derivaron en la llamada del gasista matriculado Carlos García, actualmente detenido en la seccional 3ª.
Hoy a la mañana, estaba un poco más claro la saga que se gestó hace 12 días a partir de que un vecino del 9 piso del edificio de Salta 2141 llamara a Litoral Gas según advirtieron desde la administradora Calvillo, ubicada en España 55, a cargo del mantenimiento del inmueble para avisar que en su departamento había baja presión. De acuerdo con el relato de Carlos Pupini, de la administración del edificio, Litoral Gas “envió” a una inspección para detectar la falla. “Encontraron que había un desperfecto en el regulador de gas del edificio, y recomendaron cambiarlo”, sostuvo el administrador, quien agregó que “por un tiempo cortaron el suministro”.
Antes de convocar a García, los consorcistas del edificio llamaron a un gasista, oriundo de la localidad de Pérez, Miguel Ocampo, quien de acuerdo con su testimonio corroboró la falla en el regulador. Ocampo contó hoy a la mañana que no sólo había un desperfecto, sino que también había que “modernizar” la instalación. “Ahora, los edificios de estas características tienen dos reguladores, uno que está en uso y otro que es alternativo, para evitar cualquier escape de gas”, afirmó el especialista. El inmueble de Salta 2141 contaba con un solo regulador y era “viejo”, según apuntó.
Pero Ocampo no tomó el trabajo porque no tenía el tiempo suficiente para hacerlo. Incluso, contó como anécdota que a la hora en la que se produjo la explosión tenía que hacer un arreglo en el cuarto piso, pero que llegó tarde. “Si llegaba a horario hoy estaría muerto”, dijo.
El consorcio decidió, entonces, pedirle un presupuesto a Osvaldo García, que es gasista matriculado 8645/M2. Y este hombre inició ayer a las 9, los trabajos para cambiar el regulador. Ni bien comenzó a trabajar, los vecinos empezaron a sentir un fuerte olor a gas. Según un reporte de la Central de Emergencias 911, difundido anoche por el gobierno provincial, a las 9.32 dos mujeres reportaron por teléfono en llamados distintos un fuerte escape de gas en esa cuadra. Seis minutos después otra mujer llamó para dar cuenta de la fuga de gas, pero esa comunicación se interrumpió y un segundo después los operarios del 911, que funciona en Santa Fe y Balcarce, oyeron la explosión.
Llaves maestra
Uno de los problemas más severos que surgieron tras la explosión fue que los rescatistas y bomberos no podían detener la fuga de gas del edificio de Salta 2141. Con lenguas de fuego de más de tres metros, los bomberos no podían acercarse a rescatar gente que aún permanecía en los pisos de arriba. Lo que se hizo para anular el ducto fue hacer pozos en los dos extremos, uno en Oroño y otro casi llegando a Balcarce.
Luis Catáneo, gasista matriculado de la ciudad, consideró que algo importante a tener en cuenta es el protocolo previsto para trabajar en este tipo de reparaciones. Según confió, hace tiempo que se dejó de hacer para reducir el costo de los materiales: “Antes se trabajaba con una cuadrícula para cerrar sectores. Son doce cuadras por doce y se utiliza una llave de bloqueo. Esto es algo que se hace en todo el mundo. Existía en otro tiempo en la ciudad y demandaba inversión en mantenimiento para las válvulas. Por ejemplo, en Oroño y Tucumán había una que cortaba un determinado sector”.