Sábado 16.4.2022
/Última actualización 10:54
Un hombre de entre 60 y 65 años fue hallado sin vida, este viernes por la mañana, en su domicilio de barrio Jardín Mayoraz. Según el relato de los vecinos de la cuadra de calle San Martín al 6500, lo descubrió una de sus hijas, que en horas tempranas ingresó al inmueble, preocupada porque no habían podido comunicarse con él desde el día previo.
Aunque no fue informado oficialmente, allegados a la víctima lo identificaron como Manuel G. quien vivía solo y trabajaba en un pequeño taller de bobinados que tenía en su casa.
Al parecer, ninguna de las aberturas del frente (una puerta blanca y un portón negro) tienen signos de haber sido forzadas, salvo por una ventana del balcón de la planta alta, que esta mañana se veía abierta.
En cuanto a la causa de la muerte, todo indicaría que se produjo por efecto de un arma blanca. Y no se descarta el robo como móvil, ya que familiares confirmaron el faltante de una moto propiedad de la víctima, así como dinero y otros elementos de valor. De hecho una de las vecinas señalo que un televisor había quedado junto al portón, del lado de adentro, como si quien o quienes perpetraron el cruel ataque hubieran intentado llevárselo sin éxito.
Guillermo Di Salvatore D.RFoto: Guillermo Di Salvatore
Por el caso se radicó la denuncia este viernes entre las 8 y las 9 de la mañana y con el correr de las horas el lugar se llenó de personal policial y vehículos oficiales. Hasta pasado el mediodía trabajaron en la escena del crimen los peritos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), bajo las órdenes del Fiscal de la Unidad Especial de Homicidios en turno, Dr. Gonzalo Iglesias.
Entre las primeras medidas, se ordenó la realización de la autopsia y el relevamiento de cámaras de seguridad de la zona en busca de los responsables. La casa se encuentra en la vereda oeste de calle San Martín 6561, entre Hernandarias y J.P. López, una cuadra al oeste del centro comercial de la avenida Aristóbulo del Valle.
A propósito de lo ocurrido, los vecinos se mostraron sorprendidos y acongojados por la noticia, y si bien reconocieron que se trata de una zona de permanentes arrebatos y robos callejeros, nunca de un hecho de semejante magnitud.