Se llamaba Jonatan Gabriel Bogarín, aunque sus amigos y conocidos le decían el “Jona” o “Maiqui”.
El agresor disparó desde una moto que manejaba una mujer. Ambos están prófugos.
Se llamaba Jonatan Gabriel Bogarín, aunque sus amigos y conocidos le decían el “Jona” o “Maiqui”.
Tenía 21 años y vivía junto a sus padres y hermanos en una modesta casa en barrio Villa Hipódromo.
Como el estudio nunca había sido su fuerte, Jonatan intentó abrirse paso con distintos oficios aunque sin mayor suerte.
Pero este último tiempo Jonatan comenzó a abrazar el sueño de tener su negocio propio. El plan era una pollería. Y en busca de ese objetivo el joven comenzó a vender huevos y a preparar en su casa milanesas y arrollados, productos que luego comercializaba en negocios de la zona.
Durante toda la tarde del jueves, Jonatan había estado ocupado realizando sus preparaciones.
Ya entrada la noche el joven cenó con sus padres y recibió la visita de un amigo que, como todos los jueves, lo pasó a buscar para ir a jugar al fútbol.
Tras preparar un bolso con ropa deportiva ambos jóvenes salieron de la casa y caminaron en dirección a Juan Díaz de Solís y Ricardo Aldao, donde debían encontrarse con otros amigos.
Pero en cuestión de segundos el drama se hizo presente. Los estampidos de varios balazos fueron el preanuncio de la tragedia.
Segundos después varios vecinos llegaron hasta la casa del joven al grito de “¡saquen el auto que le pegaron al Jona!”
Cuando los padres del muchacho llegaron al lugar el cuadro era aterrador. Jonatan agonizaba en el piso con varios impactos de bala en su cuerpo. Tenía tres tiros en el pecho y un cuarto impacto en el abdomen.
Los testigos del hecho aseguran que el autor de los disparos fue un hombre que viajaba como acompañante en una moto que conducía una mujer.
Este sujeto llevaba consigo dos armas de fuego “las que descargó por completo”, agregaron.
“A un chico que le dicen Tomi y que estaba con mi hijo, una bala le rozó la cabeza. Y otro muchacho se salvó de milagro porque se escondió detrás de una columna que fue donde pegaron todos los tiros”, comentó Delia Obregón, la madre de Jonatan, a El Litoral.
La mujer narró que junto a su esposo cargaron el cuerpo del joven y partieron rumbo al hospital Cullen.
Ya en dicho nosocomio se les informó que había ingresado fallecido.
“Creo que a mi hijo lo mataron por error. Durante la tarde unas mujeres se pelearon en un cajero que está en E. Zeballos y Juan Díaz de Solís. Y el tipo que disparó buscaba venganza por esa pelea. Pero mi hijo no tuvo nada que ver con eso”, dijo la madre de la víctima.
“Lo único que pido es que se haga justicia. Mi hijo era un muchacho muy bueno que no merecía terminar así. ¿Cómo puede ser que aparezca un matón, descargue dos armas en plena calle y nadie haga nada?, culminó.